El consumo de este tipo de bebidas se ha disparado en los últimos años, alentado por una falsa publicidad que destaca sus supuestas propiedades beneficiosas para la salud, como puede ser su alto aporte de antioxidantes, rehidratantes, detox... Sin embargo, no todos sus ingredientes son tan amables para nuestro organismo: el azúcar añadido que contienen es el responsable, según los especialistas de la salud, de la pandemia mundial de obesidad y causa de muchas enfermedades.
Es el caso de algunas bebidas que contienen teína y cafeína, o zumos de frutas y verduras a base de alimentos muy saludables. "Pongamos el caso del té verde, del cual todos conocemos sus propiedades antioxidantes por su alto contenido en flavonoides, un potente antioxidante natural. Sin embargo, la cantidad que podemos encontrar de estos compuestos en una infusión de 100 ml es de 83 mg; que dista mucho de la cantidad que contienen las bebidas industriales de té verde. De hecho, el aporte principal son azúcar, saborizantes y colorantes. Por lo que llega a resultar más perjudicial que beneficioso", explica la experta en nutrición y colaboradora de ¡Hola!, Marta Lorenzo.
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Lo mismo ocurre el zumo de tomate, un alimento estrella de la dieta mediterránea con un poder antioxidante altísimo gracias al licopeno, un fitonutriente que existe de forma natural en algunos alimentos vegetales; y que nos protege de ciertos tipos de cáncer, enfermedades de corazón y la degeneración macular relacionada con la edad. "Pero para ello el zumo debería ser casero con tomates naturales; el zumo comercial de tomate no especifica con exactitud el contenido de licopeno y, por el contrario, lo que sí es seguro que nos aporta es azúcar y sal. Motivo por el que las personas hipertensas y diabéticas deben tener cuidado", explica la nutricionista.
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Café sí, pero natural
Otro alimento con grandes propiedades antioxidantes es el café, debido a la presencia de unos compuestos denominados polifenoles, que se encargan de proteger al organismo del envejecimiento celular prematuro y de prevenir los daños producidos por los radicales libres. Por tanto, según los expertos, su consumo es recomendable dentro de la dieta mediterránea y, siempre y cuando, se consuma en cantidades moderadas (2 tazas al día máximo). "Esta recomendación solo sirve para el café casero preparado al momento y no cualquier bebida comercial que diga llevar café; ya que, en este caso, estaremos consumiendo azúcar y grasa".
Guerra a las bebidas azucaradas
El doctor Miguel Ángel Martinez-González, autor de ‘Salud a ciencia cierta’ (Planeta), y uno de los más prestigiosos estudiosos de la dieta mediterránea, explica en su libro que la peor forma de tomar azúcar es a través de los refrescos. "Nuestro cerebro interpreta la ingesta de cualquier líquido como si fuer solo agua: por muchas calorías que tenga, no las 'descuenta' y no nos sacian. Además, los refrescos azucarados proporcionan por sí solos la tercera parte del consumo total de azúcar en la población (...). Un estudio, presentado en 2013 en la Asociación Americana del Corazón y publicado en la prestigiosa revista Circulation, atribuye a las bebidas azucaradas gaseosas, las bebidas deportivas y los jugos de fruta un total de 184.000 muertes al año en el mundo por diabetes y enfermedad cardiovascular".
De hecho, desde la Organización de la Salud y distintas instancias de salud pública, se está peleando por gravar el consumo de los refrescos con impuestos como los del tabaco o el alcohol como medida contra la obesidad.
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