Cómo saber si mi gata está en celo
Reconocerlo ayuda a prevenir el embarazo de tu mascota. Pero los veterinarios insisten en que lo mejor es la esterilización. Evita la gestación y reduce el riesgo de cáncer de mama, muy agresivo en las gatas.
Si es la primera vez que tienes un gato en casa y no está esterilizado, probablemente te preocupará su celo. Durante este, los felinos suelen estar más agitados y son más propensos a escaparse para poder reproducirse, especialmente, los machos. Las hembras, por su parte, estarán más mimosas y receptivas. Pero lo más preocupante es que estas últimas pueden quedarse preñadas y, seguramente, no es lo que deseas. Por eso te explicamos cómo saber si tu gata está en celo, y cuál es la medida de prevención de embarazo más recomendada por los veterinarios.
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¿Qué es el celo?
El celo es la fase en la que nuestras mascotas están más receptivas a la copulación con el fin de reproducirse. Se hace referencia a las gatas cuando se habla de celo y es el periodo de tiempo en el que son fértiles. "Las hembras entran en celo entre los cuatro y los doce meses", explica la veterinaria Ana Anglada, especialista en medicina felina de AnagaVets, en Madrid. Pero existen algunas particularidades. "Las de pelo corto, como por ejemplo las siamesas, suelen hacerlo antes, mientras que las de pelo largo pueden tardar hasta 18 meses", matiza.
Al igual que en nuestro ciclo sexual, hay varias fases: proestro, estro, diestro, anestro.
Proestro. Dura unos tres o cuatro días. Durante esta etapa, la gata se mostrará más cariñosa, buscará mimos, pero no dejará que ningún macho la monte.
Estro o celo. Esta es la etapa en la que puede quedar preñada. Reconocerás que está en ella porque los síntomas arriba mencionados se acentuarán. Además, se frotará entre las piernas, objetos, rodará por el suelo, maullará e incrementará los sonidos, su cuerpo se curvará ligeramente (lordosis) y mantendrá la cola ladeada para descubrir el orificio vulvar. Hay gatas que incluso pueden hacer más pis, eliminando feromonas al hacerlo. Esta etapa dura unos 7 días.
Hay que tener en cuenta que una gata puede quedarse preñada desde el segundo día de celo. Nuestras pequeñas peludas "tienen ovulación inducida, esto es, necesitan de la estimulación durante el coito para que se liberen una serie de hormonas y se produzca la ovulación. Pero incluso se ha visto que puede existir una ovulación espontánea en el caso de colonias en las que esté el macho en relación con las hembras pero no se permita la monta ( por ejemplo en criaderos). Para quedarse preñadas, generalmente, necesitan entre tres o cuatro montas durante un periodo de 24 horas para que la ovulación ocurra, por lo que diferentes machos pueden ser los padres de una camada (si la gata ha sido montada por diferentes gatos durante ese periodo)", añade la especialista.
Diestro. Si la gata ha sido preñada, entrará en un periodo de gestación que durará unos 60 días.
Anestro. Si no se produce la monta, dejan de mostrar signos de celo y pasan un periodo de inactividad de entre una y dos semanas, hasta que vuelven a mostrar signos de celo de nuevo. Este ciclo dura entre una y tres semanas semanas y se va repitiendo durante el periodo de cría.
Este está muy influenciado por las condiciones ambientales. "Las gatas son 'poliestricas estacionales', es decir, pueden tener varios celos durante la estación de cría y este estará influenciado por la luz. Por ejemplo, suelen entrar en celo cuando hay entre 14 y 16 horas de luz (ya sea artificial o natural). En nuestra zona (hemisferio norte) esto suele ser desde mediados de enero hasta mediados de octubre. Las gatas que viven exclusivamente en el interior de las casas pueden mostrar signos de celo durante todo el año", explica la veterinaria.
Los gatos machos, en cambio, no tienen celo propiamente dicho, ya que ellos sienten el impulso para procrearse durante todo el año, siempre que las gatas estén receptivas y dispuestas a ser montadas.
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¿Se puede evitar el celo?
La única manera de evitar el celo de las gatas es la esterilización. De hecho, se trata de una medida recomendada por los veterinarios, ya que de esta manera se evitan camadas innecesarias y superpoblación de colonias de gatos incontroladas, que obviamente suponen un peligro para la salud y la supervivencia de estos pequeños felinos.
"Antiguamente, se utilizaban pastillas o inyecciones para inhibir el celo, pero se ha demostrado que el uso de estos contraceptivos favorece la aparición de tumores de mama, que en gatas son malignos en un porcentaje muy alto, por lo que hoy en día su uso está contraindicado", aclara la experta.
La esterilización de la gata es una operación relativamente sencilla que se realiza con anestesia general. Previamente, se habrá practicado un preoperatorio con un análisis de sangre, ecocardiograma y, en ocasiones, radiografía de tórax para conocer el estado de salud del animal.
¿En qué consiste la esterilización?
La esterilización en hembras no solo evita la aparición del celo, sino que se ha demostrado, además, que si se hace de forma temprana reduce casi en un 100% la aparición de tumores de mama (que ya hemos dicho que son muy agresivos y la mayoría malignos y con tendencia a metastatizar). En el caso de los machos evitaremos el marcaje en casa (además el pis de macho sin castrar tiene un olor mucho más fuerte), que se escapen y podamos tener sustos de atropellos, caídas desde las ventanas, o peleas.
En el caso de los machos se quitan los testículos (orquidectomía), y en el de las hembras se pueden extirpar sólo ovarios (ovariectomía), u optar por ovarios y útero (ovariohisterectomía). "Hasta hace poco, se recomendaba esta última. Pero, recientemente, han aparecido estudios que podrían inclinarse por la primera, la ovariectomía, puesto que se está viendo que no hay diferencia. Aún así, prefiero no dar una opinión hasta revisar completamente la evidencia médica", apostila la veterinaria.
La operación de esterilización se puede realizar por cirugía abierta (la tradicional) o por laparoscopia. "Nuestra experiencia nos hace inclinarnos por esta técnica, ya que nos permite incisiones quirúrgicas de menor tamaño. Esto disminuye el dolor durante la cirugía y el tiempo quirúrgico. Además, al poder visualizar el interior con aumentos, la intervención es más sencilla", concluye Ana Anglada.
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