Una buena salud incluye una buena autoestima, la práctica asidua de deporte y, en especial, una alimentación adecuada a base de recetas sanas. Estas son las directrices que todos deberíamos seguir para cuidar nuestro organismo y sentirnos mejor a todos los niveles. Así, en lo referente a los consejos médicos de los doctores y nutricionistas es habitual encontrar recomendaciones en torno a las cantidades de cada producto y sugerencias de cocina. Sin embargo, una de las pautas menos conocidas es la de marcarse un horario cuando se quiere cuidar la línea.
En concreto, un estudio conjunto de las universidades de Harvard, Murcia y Tufts (Estados Unidos), que se publicó en la revista científica International Journal of Obesity, ha demostrado que el momento en el que comemos influye en nuestro peso. Se analizaron los hábitos y características de un total de 420 participantes con sobrepeso que decidieron unirse al programa de observación. Así, se confirmó que habría que prestar atención al reloj en el caso de ciertos alimentos, puesto que, en función de la hora a la que se ingirieran, se asimilarían de forma más o menos adecuada sus nutrientes.
Cuando se trata de la comida, por ejemplo, los investigadores apuntan que conviene hacerlo temprano. De esta forma lo explicó la catedrática en fisiología de la Universidad de Murcia, Marta Garaulet: "Nuestros resultados indican que aquellos individuos que comen tarde la comida principal del mediodía -después de las 3 de la tarde- muestran una pérdida de peso significativamente menor que los que comen temprano -antes de las 3-". Además, se pudo probar que los participantes que comían más tarde eran también los más nocturnos, por lo que se acostaban más tarde. Por su parte, Frank Scheer, neurocientífico en la Harvard Medical School y uno de los autores del proyecto, afirmó que los nuevos tratamientos frente al sobrepreso se centrarían, del mismo modo, en los horarios, además de en la supervisión sobre el consumo de macronutrientes y el control de las calorías.
Un reloj para el organismo
Por otro lado, el catedrático de Fisiología por la Universidad de Santiago de Compostela Darío Acuña-Castroviejo explicó, en su conferencia Los relojes de la alimentación: Eres cuando comes, que comer provoca "la activación de una serie de mecanismos" relacionados con el apetito, la producción de enzimas y la actividad de las distintas partes del aparato digestivo. Tal y como recoge EFE Salud, el profesional puntualizó: "Al llegar la noche, a partir de las 20:00 horas, la sensibilidad a los glúcidos (azúcares e hidratos de carbono) disminuye, eso quiere decidir que se digiere menos óptimamente por la tarde".
Frente a las dietas que indican cinco comidas al día, Acuña-Castroviejo propuso tres comidas con intervalos de 4 horas entre ellas, puesto que en estos periodos "se produce una facilitación de todas las enzimas, que son las que va a utilizar el cuerpo para digerir todos esos alimentos". Por último, aconsejó desayunar sobre las 8 de la mañana, comer cerca de las 3 de la tarde y no cenar después de las 8 de la noche, para evitar una acumulación de grasa causada porque el organismo no cuente con tiempo suficiente para recuperar su producción habitual de enzimas.