La enfermedad renal se debe a que los riñones dejan de funcionar correctamente. La función de estos es la de filtrar la sangre para eliminar los residuos tóxicos a través de la orina. Cuando este sistema falla, la sangre acumula sustancias tóxicas, aumenta la concentración de urea y creatinina en el torrente sanguíneo y todo el organismo se ve afectado, incluso el cerebro. Existen varios tipos de enfermedad o insuficiencia renal: la aguda y la crónica.
La primera es la que ocurre de forma repentina debido a una deshidratación, insolación o golpe de calor del animal, la ingestión de un veneno o una planta tóxica, por una intervención quirúrgica, una enfermedad cardiaca o una obstrucción urinaria. Se considera una situación crítica en la que la vida del animal corre grave peligro, por ello hay que actuar rápidamente y llevarle al veterinario.
La enfermedad renal se considera crónica cuando los síntomas del fallo renal se prolongan más de tres meses.
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Causas de la enfermedad renal
"Existen múltiples causas que pueden hacer que los riñones dejen de funcionar bien. En la enfermedad renal crónica, generalmente, la causa principal es la edad avanzada. Sin embargo, también puede deberse a un deteriorio de la función renal por enfermedades congenitas, como el riñón poliquístico en gatos, enfermedades parasitarias o infecciosas como leishmania o leptospirosis, o enfermedades metabólicas como la diabetes, que pueden ocasionar nefropatias (problemas de riñón)", explica el veterinario Félix Vallejo, de la clínica veterinaria Cat's Smile en Madrid.
La enfermedad renal crónica es más frecuente en gatos, debido a su metabolismo y sus costumbres. "El felino es un animal totalmente carnívoro (a diferencia del perro) y come más alimentos ricos en proteínas. Estas exigen un trabajo mayor al hígado y al riñón. Por eso es más frecuente que nuestros gatos acaben sufriendo problemas relacionados con estos dos órganos", indica el especialista.
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Síntomas de enfermedad renal
En general, nuestras mascotas son animales que aguantan mucho y tienen una gran capacidad para tolerar el dolor y reponerse de sus achaques. Por eso, es importante que les observemos y toquemos. Cualquier cambio en su comportamiento o si notamos que pierden peso o masa muscular sin causa aparente, hay que comunicarlo al veterinario para que realice un chequeo. "El diagnóstico precoz es la mejor medicina para la salud de nuestras mascotas", recuerda el veterinario Félix Vallejo.
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Los síntomas de una insuficiencia renal aguda son:
Desorientación
Cuando las sustancias nocivas que el riñón no ha podido filtrar se acumulan en la sangre pueden intoxicar al animal, ya que llegan a todas las partes del organismo, incluso al cerebro. El propietario verá que su mascota está desorientada, como ‘borracha’, y que tiene dificultad para coordinar sus movimientos.
Vómitos
La toxicidad también puede afectar al estómago e irritar y dañar la mucosa, por lo que podrán producirse vómitos y diarreas.
Inapetencia
Perder el apetito es un síntoma característico de que nuestro animal de compañía no se encuentra bien y, en la enfermedad renal, es muy típico. Poco a poco irá perdiendo peso y masa muscular.
Letargo
Veremos a la mascota más apática, sin ganas de jugar, pasear o interactuar con sus dueños.
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En la insuficiencia renal crónica el animal beberá y orinará mucho. También podrá experimentar problemas al hacer pis, necesidad de salir a hacerlo por la noche, mal estado del pelo, postura ligeramente encorvada, puede tener vómitos, hipertensión, mal aliento -olor a orina-, llagas en la boca, deshidratación y retención de líquidos en la zona del abdomen. Como decíamos, la pérdida de peso paulatina y de masa muscular, también es un síntoma de un problema de riñón.
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Diagnóstico
Se realiza mediante varias pruebas:
Análisis de sangre. Además de un hemograma, se realizará una bioquímica en la que se analizarán parámetros como la urea y creatinina, dos sustancias cuyos niveles aumentan cuando hay un problema de riñón. "Debemos evaluar la cantidad de proteínas que se pierden por la orina, con analíticas especiales que se harán en los chequeos", señala.
Análisis de orina. El aspecto puede dar pistas al veterinario. Por ejemplo, si es muy clara es que los riñones no son capaces de ‘concentrar’ la orina y expulsar las sustancias tóxicas. También se puede observar si hay sangre o si está turbia.
Ecografía. Puede ser necesaria para comprobar si hay algún nódulo en los riñones, si hay alguna afección en el sistema urinario, en los órganos adyacentes, o si el estómago está dañado.
Tensión arterial. Hay que controlarla puesto que la hipertensión suele estar asociada a esta enfermedad en muchas ocasiones.
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Tratamiento
"Dependerá de la fase en la que se encuentre la enfermedad. Cuando hay una insuficiencia renal aguda, el primer paso será aportar agua a los riñones e hidratar al animal. Se realiza mediante la fluidoterapia, es decir, se administra suero intravenoso. Según el estado de nuestra mascota, pueden bastar unas horas o ser necesaria su hospitalización durante varios días", indica Vallejo. Una vez se le dé de alta, se puede seguir hidratando al animal vía subcutánea. Tras una instrucción del veterinario, los propios dueños pueden hacerlo en su casa y sin tener que desplazar al animal.
La dieta es otro aspecto fundamental del tratamiento de la enfermedad renal y deberá cuidarse durante toda la vida de la mascota, ya que cuando existe un daño en el riñón y mueren las nefronas, las unidades estructurales y funcionales básicas de este órgano, ya no se recuperan, como sucede con otros órganos como el hígado.
"La alimentación de nuestra mascota debe ser baja en fósforo y proteínas, y estas debe ser de alto valor biológico (deben contener todos los aminoácidos esenciales)" indica. Existen piensos especiales para animales con este problema que contienen las cantidades mínimas de estas sustancias para no dañar más los riñones. Y compensan con otras para un buen estado nutricional del paciente. También es importante que esté correctamente hidratado y, a poder ser, que consuma comida húmeda, sobre todo, si se trata de un gato. Asimismo, es probable que el veterinario recomiende la toma de complementos alimenticios que mejoran la función del riñón.
Por último, será necesario un control analítico periódico para ver analizar la función del riñón. Al principio, tras un problema renal agudo, es probable que el veterinario nos recomiende acudir a la clínica cada semana o quince días y, según la evolución, estas revisiones se irán espaciando.
En cuanto al pronóstico, "este dependerá de lo avanzada que esté la enfermedad. Existe un sistema de clasificación (IRIS), que nos permite, según el grado, recomendar un tratamiento así como dar un pronóstico. Desgraciadamente, no curamos el riñón, ya que, como señalábamos, cada nefrona que perdemos no se volverá a regenerar, pero sí podemos conservar las que nos quedan y, en ocasiones, la esperanza de vida puede ser hasta de años", concluye Félix Vallejo.
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