El yogur se ha considerado durante siglos un alimento muy saludable, cuyos numerosos beneficios para la salud digestiva y para el control de la obesidad han sido contrastados por estudios de gran rigor. De hecho, se trata, prácticamente, del único lácteo que se ha salvado de las etiquetas negativas de otros productos como la leche, y que ha conseguido no enfrentar a la comunidad científica. Al menos hasta ahora, cuando se ha conocido un reciente informe liderado por Bernadette Moore, investigadora de la Escuela de Ciencias de la Alimentación y Nutrición de la Universidad de Leeds (Reino Unido).
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Y es que, según este estudio, que ha analizado alrededor de 900 yogures presentes en las tiendas y supermercados del país británico, más del 90% de los envases contienen una cantidad de azúcar mayor a la recomendada; y algunos, incluso, similar a la de una bebida azucarada. Es más: los etiquetados como orgánicos, saludables o destinados a la población infantil también sobrepasaban la pauta que marca la Organización Mundial de la Salud de 5 gramos de azúcar por cada 100 de producto; algo que solo los yogures naturales y ‘griegos’ cumplen.
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¿Quiere decir esto que el yogur ha dejado de ser un alimento saludable que debemos evitar en la dieta? No necesariamente, pero sí nos está alertando de la importancia de elegir bien el producto que nos llevamos a casa. “Se ha visto en estudios a largo plazo, bien hechos, que su consumo está vinculado a una reducción de la diabetes tipo 2. Además la ganancia de peso disminuye en las dietas que incluyen yogur (…). Se ha visto también que los probióticos que contiene pueden ser bastante beneficiosos para la flora intestinal, aunque no la cambian totalmente. Las investigaciones en este sentido son aún muy prematuras. Lo que está claro es que este efecto beneficioso se pierde si se utiliza el yogur para sustituir la fruta (…). Y hay que vigilar en las etiquetas de los yogures cuánto azúcar tienen, porque en algunos casos vienen cargados de esta sustancia. Importa más la cantidad de azúcar que la cantidad de grasa que tengan”, explica el Dr. Martínez González, gran experto en la dieta mediterránea y autor de ‘Salud a ciencia cierta’ (Planeta).
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Son muy útiles para ello iniciativas ciudadanas como Sinazucar.org, una web que surge con ánimo de concienciar a la población general del azúcar ‘oculto’ en los alimentos; y en la que se pueden consultar, entre otros, los tipos de yogures más habituales que encontramos en el supermercado. Así, sabemos, por ejemplo, que un yogur natural con mermelada de fresas puede llegar a contener 26 g de azúcar (lo equivalente a 6,5 terrones); un yogur natural para bebés hasta 9 g; o un bifidus 0% unos 16 g.
“Si tenemos en cuenta que la cantidad de azúcar total recomendada al día son 25 gramos, tenemos la circunstancia de que muchas veces con uno solo de estos yogures, ya hemos sobrepasado esta dosis. En realidad, hoy en día es complicado conseguir una dieta libre de azúcar, por ello, no solo es importante huir de la publicidad engañosa; también se hace necesaria la práctica de ejercicio diaria para quemar ese exceso”, explica la nutricionista y colaboradora de ¡Hola! Marta Lorenzo.
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Además, la experta, pone el punto de mira en el aumento cada vez más preocupante de la obesidad infantil, asociada a la aparición de múltiples enfermedades como hipertensión, diabetes, colesterol… Por lo que recuerda el imprescindible papel de los padres en la educación nutricional de sus hijos.
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