Claves para recordar más y olvidar menos

En el Día Mundial del Alzheimer, te explicamos qué medidas puedes adoptar para mantener una buena reserva cognitiva y conservar en buen estado tu memoria.

Por Nuria Safont

Pensar y ejercitar la mente aprendiendo cosas nuevas es salud para el cerebro. A corto plazo, nos vuelve más lúcidos, más ágiles, mejor preparados. A la larga, previene la enfermedad del olvido: el alzhéimer. Por ello, en el Día Mundial contra esta patología insistimos: aprende más para olvidar menos el día de mañana. 

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¿Qué es la memoria? 

La memoria es una función del cerebro. Es también nuestra identidad, lo que somos, nuestros recuerdos y el reconocimiento de dónde estamos. Pero también expresarnos, saber cómo se designan los objetos, comunicarnos,emocionarnos, relacionar datos y relacionarnos con los demás e, incluso, sobrevivir.

Por eso, perder la memoria es perdernos. "La misión de la memoria es la de captar y almacenar una abundante variedad de información que consideramos relevante o que nos impacta. La capacidad mental para retener información durante horas, días, meses o años es indispensable a la hora de reconocer sensaciones, palabras, emociones, personas, objetos y lugares. Guardar las experiencias pasadas agradables o fastidiosas, las comidas que nos gustan y las que nos sientan mal, las personas cordiales y las indeseadas, nos permite anticipar una situación y, si fuese necesario, protegernos”, explica el doctor Luis Rojas Marcos, autor del libro 'Eres tu memoria' (Ed. Espasa). 

A partir de la treintena la capacidad de retención de información va disminuyendo. Sin embargo, los adultos podemos utilizar diversas estrategias para retrasar esta pérdida. 

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Formas de conservar la memoria

Según explica el doctor Miguel Ángel Martínez-González, autor del libro 'A ciencia cierta' (Ed. Planeta), "cuanto más ha estudiado o aprendido una persona durante su vida, menos se le nota la pérdida de memoria con la edad. Incluso en situaciones que llevarán a la demencia (alzhéimer u otras formas de demencia), ante las mismas lesiones en el tejido cerebral que otra persona, quien ha estudiado más y ha trabajado más con sus neuronas tendrá menos síntomas". Es lo que se llama 'reserva cognitiva'. 

El prestigioso médico, coordinador de la red Predimed y colaborador de los Institutos Nacionales de Salud Norteamericanos (NIH), indica que "un individuo que cuenta con muchos fondos en este banco (refiriéndose al de la reserva cognitiva, una especie de 'ahorro' en la cuenta corriente cerebral)  tiene tal arsenal de conocimientos depositados en su cerebro que, cuando le falla una información, un dato, busca otro para compensar y sale airoso y bien parado del trance". Por ello, cuanto más nos ejercitemos, mejor. 

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Menos sudokus y más MOOC

El autor del manual, en el que se ofrecen consejos para una vida sana, recomienda que, en vez de estar siempre haciendo sudokus, debemos entrenar la mente de otras maneras, por ejemplo, con el aprendizaje. Y es que, aprender cosas nuevas crea nuevas conexiones neuronales en nuestro cerebro, conocidas como sinapsis. Y esto nos protege del deterioro cognitivo y previene la demencia. 

Apúntate a la universidad online (y gratis). ¿Conoces los MOOC (Cursos masivos abiertos online, por sus siglas en inglés)? Son cursos masivos online que ofrecen las universidades más prestigiosas de todo el mundo y donde puedes aprender desde un idioma hasta física cuántica. 

Baila. Es uno de los mejores ejercicios para la memoria. Al bailar, tu cerebro está pendiente de la música, de coordinar los pasos y acompasar el ritmo. Todo ello, estimula tu memoria. 

Cambia de ruta. ¿Vas siempre por el mismo camino a tu casa o al trabajo? ¡Error! Tu cerebro se acostumbra y pondrá el piloto automático. Pero si cambias la ruta, le obligarás a aprender algo nuevo y crearás más conexiones. 

Lee. Prensa, novelas, libros de historia, biografías... La lectura conlleva numerosos beneficios. Te entretiene, culturiza y activa la memoria. Mira nuestra selección de libros. Cualquiera de ellos servirán para este cometido. 

Juega. Cualquier juego de mesa contibuye a mantener tu mente en buena forma. El ajedrez, por ejemplo, es perfecto para conseguir una mayor agilidad mental. 

Sal más. Mantén relaciones sociales, hace que nuestro cerebro esté activo y sano. Además, previene la depresión.

Come bien. La buena dieta, sana y equilibrada, también alimenta la mente, ya que aporta la energía necesaria al cerebro.

Fuera tóxicos. Suprime el tabaco y el alcohol, sustancias nocivas para nuestro cerebro.

En definitiva, un estilo de vida activo y saludable no solo redunda en una mejor forma física, también en un óptimo estado de salud mental. 

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