Se conoce como ‘efecto Google’ al fenómeno por el que no retenemos y olvidamos datos que sabemos que vamos a poder recuperar a golpe de click. Y es que, recurrir constantemente a buscadores para conocer cualquier información que no logramos recordar es muy práctico, pero corremos el riesgo de volver nuestro cerebro más cómodo. O, al menos, reducir el esfuerzo para recordar. En el Día Mundial contra el Azheimer, que se celebra hoy, te explicamos por qué debes tomar precauciones.
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Betsy Sparrow es la principal autora de un estudio realizado en la Universidad de Columbia (EE.UU) y publicado en la revista Science, que analizó este 'efecto Google'. Según la científica, los buscadores tipo Google funcionan como una especie de memoria externa, y eso hace que nuestro cerebro pierda capacidad para almacenar información y volverla a recuperar. Aunque no nos vuelve estúpidos, señaló la experta, ya que la memoria es mucho más que guardar información.
Según explica la experta en el resumen de su trabajo de investigación, “la llegada de internet, con sofisticados motores de búsqueda algorítmicos, ha hecho que acceder a la información sea tan fácil como levantar un dedo. Ya no tenemos que hacer esfuerzos costosos para encontrar las cosas que queremos. Podemos ‘buscar’ al viejo compañero de clase, encontrar artículos en línea o dar con el nombre del actor que teníamos en la punta de la lengua. Esto hace que las personas piensen en sus ordenadores cuando tienen que recordar alguna información, en vez de dejar el trabajo a su propia memoria. Así, estos individuos tienen tasas más bajas de recuperación de la información de manera natural y, en cambio, piensan de manera más efectiva sobre cómo lograr ese dato. Internet se ha convertido, definitivamente, en una forma primaria de memoria externa o transactiva, donde la información se almacena colectivamente fuera de nosotros mismos”.
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Sparrow señala, no obstante, que nuestro cerebro no se volverá más 'tonto', y se adaptará a las circunstancias, ya que vivimos en la era de internet. Pero sí es importante que sigamos entrenando la mente. La lectura, el aprendizaje continuo, aprender un idioma, tocar un instrumento, o actividades tan satisfactorias como ir al cine, a un museo o charlas con los amigos, previene el declive cognitivo y contribuye a reducir el riesgo de enfermedades graves como el alzhéimer.
Si quieres profundizar en el tema, puedes acceder al estudio de Betsy Sparrow en: Google effects on memory: cognitive consequences of having information at our fingertips.