Aprende a ordenar y conservar los alimentos en la nevera y el congelador

Aunque es algo tan cotidiano que hay a quien le llega a resultar rutinario y aburrido, hacer la compra conlleva de un ejercicio previo y posterior de organización. Si queremos llenar nuestra nevera de una forma eficiente no solo tendremos que hacer una lista previa que se ajuste a las necesidades de lo que vamos a consumir y cocinar sino que también debemos aprender a conservar todos los alimentos de la manera más apropiada posible.

Además de saber si uno u otro alimento se conservan mejor en la nevera, la despensa o el congelador, hay una serie de puntos a tener en cuenta a la hora de empaquetar y distribuir los que precisan frío en el sitio que les corresponde.

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Congelador

A la hora de congelar hay que tratar siempre de facilitar el proceso a los alimentos, intentando en la medida de lo posible que lo que hay que congelar no sea demasiado grande. Además de favorecer su conservación, esto hará que sea más sencillo descongelar la cantidad exacta que queremos y no todo el producto. 

Por lo general procedemos a congelar todo aquello que traemos congelado del supermercado pero, cuando lo que queremos conservar es algo que hayamos cocinado es importante haber dejado que se enfríe previamente. Una vez dentro, hay que evitar que ningún alimento toque las paredes del electrodoméstico.

Nevera

Aunque cada vez son más las neveras que, de fábrica, están divididas en zonas dedicadas concretamente a la conservación de cada tipo de alimento, hay una serie de cosas a tener en cuenta a la hora de distribuir los alimentos dentro de nuestro frigorífico. Cumplir con este orden no solo nos ayudará a encontrar  y conservar todo mejor sino también a tener la nevera abierta el menor tiempo posible.

A pesar de la regulación de temperatura que tienen, los frigoríficos tienen el frío distribuido de manera concreta, siendo la parte baja la más fría y la alta la más cálida. Así, lo habitual es que las partes de debajo de nuestros refrigeradores alberguen cajones destinados a guardar la fruta y la verdura. Aunque se sigue vendiendo embolsada o envuelta en plástico en la mayoría de ocasiones, estos alimentos se conservan mucho mejor 'al aire' por lo que, a no ser que por algo en especial el vendedor recomiende no sacarlos del envase, siempre será mejor retirar cualquier envoltorio que los cubra.

El mejor lugar para conservar los alimentos frescos más perecederos, como puedan ser la carne o el pescado, suele ser aquel que menos cambio de temperatura sufra cuando se abre y cierra la nevera. Aunque no todos, muchos de estos electrodomésticos empiezan ya a contar con un cajón tipo bandeja extraíble con tapa que protege la temperatura de estos alimentos. Para mantener en buen estado estos productos es recomendable que estén lo más protegidos.

Las baldas centrales de nuestra nevera son perfectas para guardar comida que ya ha sido cocinada y productos preparados como lácteos y embutidos y por último, la parte superior, es ideal para conservar bebidas y frascos o salsas que ya han sido abiertos.