¿Cómo influye la alimentación en el rendimiento escolar?
Una dieta saludable se traduce en unos mejores resultados académicos
Deberes, actividades extraescolares, tardes de juegos, clases de refuerzo… Los niños no paran. Para hacer frente a toda esta rutina necesitan estar bien alimentados. Sin embargo, el ritmo de vida frenético y acelerado provoca que, en muchas ocasiones, descuidemos nuestra dieta y la de los más pequeños. Debemos recordar que los niños se fijan en todo lo que hacen sus padres, que se convierten en su principal ejemplo a seguir. La comida no es una excepción y son los progenitores los encargados de transmitir a los pequeños las bases y hábitos de un estilo de vida saludable.
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¿Cómo debe ser la dieta de los pequeños?
Según Aitor Sánchez, dietista, nutricionista y autor del libro Mi dieta cojea, es fundamental prestar atención a la alimentación de los niños para favorecer su rendimiento en las aulas. "Estar bien hidratado influye en la manera de pensar. Se debe realizar la dieta mediterránea bien entendida, con materia prima de calidad y productos frescos", explica el experto, que insiste en que se tiene que intentar encontrar el equilibrio e incluir las legumbres, una de las grandes olvidadas de la pirámide, en los platos. "No pasa nada por tomar otros productos no tan recomendables de forma esporádica", señala.
Perp, ¿cómo debe ser una dieta saludable en los pequeños? La respuesta es sencilla. Hay que suprimir los refrescos, la bollería, la comida rápida, los precocinados y los productos ricos en azúcar añadido, que 'enloquecen' tanto a adultos como a niños, y reservar su consumo para una ocasión esporádica. Así, los menús deben estar protagonizados por verduras, hortalizas, frutas, legumbres, frutos secos, aceite de oliva, carnes y pescados no procesados, cereales integrales y productos lácteos enteros sin azúcar.
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Importancia del desayuno
El desayuno juega un papel fundamental en el rendimiento escolar. Sin embargo, empezar el día con energía no significa llenarlo de azúcar ni de productos procesados. "Se ha hecho una trampa que es la de entender que desayunar es sinónimo de tomar azúcar y que por eso tienes un rendimiento mental mayor. Eso no es así. Lo que realmente pasa es que los niños que desayunan suelen ser niños que pertenecen a familias que están en un nivel socioeconómico más alto, más preocupadas por la salud y, en general, también reciben mejores notas. Pero no es por el azúcar. Es porque desayunan y tienen más atención de los padres, que es lo importante", explica el autor de Mi dieta cojea, un libro en el que desmonta muchos de los mitos relacionados con la alimentación.
Para que un desayuno sea completo, que aporte la energía necesaria a los niños para afrontar el día, debe estar repleto de materia prima de calidad. Esta primera comida del día debe incluir un lácteo -como leche, yogur, queso fresco o requesón-, hidratos de carbono -que pueden ser cereales, pan y hasta bollería casera-, y fruta, en forma de pieza, zumo natural, macedonia o compota. Con la larga lista de alimentos que encontramos en estos tres grupos, podemos preparar infinidad de exquisitas combinaciones para tu hijo no eche de menos los productos procesados.
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Cifras alarmantes
A pesar de los múltiples beneficios y posibilidades que brinda la dieta mediterránea, un estudio publicado por la Iniciativa Europea de Vigilancia de la Obesidad Infantil de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que son precisamente los países mediterráneos los que presentan una mayor proporción de niños y niñas obesos en Europa. La investigación, realizada a 250 000 niños de entre seis y nueve años de 35 países durante una década, posiciona a Italia, Chipre, España, Grecia, Malta y San Marino a la cabeza del listado, con un porcentaje de obesidad entre los niños de entre un 18% y un 21% y entre un 9% y un 19% en el caso de las niñas. En la otra cara de la moneda encontramos a Francia, Noruega, Irlanda, Letonia y Dinamarca, donde este problema no afecta ni al 10% de los menores.
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