A veces nos gustaría practicar más de una disciplina deportiva, pero lo cierto es que normalmente tenemos que elegir por un máximo de dos, a ser posible que no se parezcan mucho entre sí. Y eso es lo que ocurre con Yoga y Pilates, que sentimos que tenemos que elegir entre uno u otro, porque tienen algunas cosas en común y algunas cosas que los diferencian, aunque no tengamos claras cuáles. Vamos a facilitarte las cosas para que puedas decidir con cuál de las dos te quedas.
Yoga: meditar a través del cuerpo
A la hora de hablar de Yoga hay que comenzar por matizar que más que una disciplina deportiva, nos estamos refiriendo a un estilo de vida que posee un filosofía propia, basada en alcanzar la unión entre el cuerpo y la mente. Por eso la meditación y la búsqueda de la paz interior son muy importantes a la hora de practicar esta disciplina.
Puedes practicar el Yoga más tradicional, conocido con Hatha Yoga, o animarte a descubrir las numerosa variantes que han surgido en los último años, desde el Bikram Yoga, que se practica a 40ºC de temperatura, hasta el Acro Yoga, que incluye equilibrios y acrobacias. Los resultados que obtengamos van a depender del tipo de yoga que elijamos.
Los asanas o diferentes posturas nos ayudan a relajarnos, a poner en movimiento todos los músculos del cuerpo, y a ganar flexibilidad gracias a los estiramientos que se realizan de ellos. Además se trabaja la concentración, la respiración y la conexión con nosotros mismo para llegar a conocernos mejor, algo muy beneficioso para nuestra vida.
Las clases incluyen, normalmente al final, un momento para la meditación, en el que nos podamos sentir en paz y armonía con nosotros mismos y podamos alcanzar la unión espiritual.
Leer: Ejercicios de pilates que te ayudarán a tener un vientre plano y tonificado
Pilates: flexibilidad y buena postura corporal
Al igual que ocurre con el Yoga, del método Pilates también han surgido muchas variantes: con máquinas, en suspensión, en colchoneta… Tras la muerte de su creador, Joseph H. Pilates, las diferentes escuelas siguen manteniendo sus principios pero orientadas cada una hacia un objetivo diferente; control corporal, rehabilitación… Ninguna es mejor que otra, solo tienes que saber qué buscas para saber qué tipo de Pilates elegir.
El método se basa en los principios de concentración, control corporal, movimientos fluidos, precisión, y control de la respiración y centro. Se trabaja de manera principal la musculatura abdominal, superficial y profunda, la musculatura lumbar y los glúteos. Todo este conjunto muscular se conoce en Pilates como el centro o Powerhouse, y es donde empiezan y acaban todos nuestros movimientos.
Leer: 5 beneficios psicológicos del pilates
El trabajo que se realiza en PIlates nos ayuda muchísimo a mejorar nuestra postura corporal, evitando desequilibrios y descompensaciones en nuestro cuerpo. Por otro lado se trabaja y fomenta la flexibilidad de la columna, ya que es el eje sobre el que se mueve todo nuestro organismo, y cuanto más flexible mejor para nosotros.
Entonces, ¿con cuál me quedo?
Lo cierto es que ambas disciplinas son estupendas y muy beneficiosas para nuestra salud, por lo que lo ideal sería poder combinar las dos. Pero como ya sabemos que eso es muy difícil te sugerimos que evalúes si priorizas incorporar el componente espiritual a tus rutinas, o si prefieres centrarte en el trabajo físico. En el primer caso no dudes en descubrir las posibilidades que te ofrece el Yoga, y en el segundo, empieza a practicar Pilates y pronto notarás sus efectos en tu cuerpo.
Leer: Las bandas elásticas, unas aliadas en la práctica de pilates