La respuesta inmediata suele ser: “Sí, muy bien”. Sin embargo, si nos paramos a pensarlo un momento, puede que haya detalles que nos estén alertando de que nuestro sueño no es todo lo placentero que debería. Por ejemplo, si pasamos el día cansados a pesar de haber dormido toda la noche o solemos sufrir de dolor de cervicales y espalda desde primera hora de la mañana, puede que se deba a la mala calidad de nuestro descanso. Hay muchos factores que influyen, pero antes de nada, debemos hacernos una serie de preguntas que, según el geobiólogo y autor de títulos como 'El buen dormir', 'La buena onda' y 'Vivir en modo avión', nos van a marcar el camino para adoptar unos buenos hábitos de higiene del sueño.