También conocido como orgasmo cerebral, el ASMR (por sus siglas en inglés) es un fenómeno que lleva poco tiempo estudiándose y que tiene que ver con la sensación de placer no sexual que sienten algunas personas al recibir ciertos estímulos externos. Habiendo sido estos provocados por hechos tan cotidianos como el tacto de objetos o el sonido de un susurro.
El único estudio científico acerca de la 'Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma' que se ha llevado a cabo, por ahora, ha sido elaborado por dos psicólogos de la Universidad de Swansea (Reino Unido) que han dado el primer paso a la hora de poner nombre no solo a las sensaciones, sino también a las causas de quienes ‘padecen’ esta peculiar sensibilidad.
Causas y efectos
Según el informe, los cuatro activadores básicos de ASMR son los sonidos crujientes, los movimientos lentos, los susurros y la atención personal. A su vez, resulta sorprendente la coincidencia de la mayoría de los voluntarios a la hora de describir lo que estos estímulos les provocaban físicamente. Un cosquilleo que empieza en la coronilla y se extiende por la cabeza, el cuello y baja hasta la espalda y los brazos, como una especie de escalofrío, pero mucho más potente. Esta es la definición que más se acerca a lo que, quienes experimentan los orgasmos cerebrales, aseguran sentir.
A pesar del sobrenombre con el que se ha empezado a conocer el ASMR, estas sensaciones no tienen ningún componente sexual ni provocan excitación de este tipo a quienes las sienten. Es cierto que tienen el placer físico y emocional como elemento común, pero en ningún caso hay excitación sexual en esta poco común sensación. El ASMR solo está ligado al sonido, la meticulosidad, la repetición y la calma.
A través del estudio de Swansea, y dado el numero creciente de personas que aseguran sentir estas sensaciones, lo que se está intentando demostrar de manera científica es que el ASMR no es algo que ocurra solo en la cabeza, sino que se ve reflejado en el sistema nervioso. Tras meses de trabajo y análisis el informe concluyó que la respuesta sensorial meridiana autónoma “provee alivio temporal para quienes sufren depresión y, conscientes de ello, muchos individuos lo usan de manera voluntaria con ese propósito”.
A fecha de hoy, se desconoce el porcentaje de personas sensibles a este tipo de estímulos, pero lo relajante de las imágenes y vídeos en los que aparece gente realizando aquellas cosas que se supone que provocan esta superlativa respuesta sensorial, se han convertido en toda una tendencia en las redes sociales. El hashtag #asmr ya ha superado los 4 millones y medio de publicaciones y lo que es innegable es que las hipnóticas imágenes dejan ‘embobado’ a cualquiera.