¿Cómo ser donante de órganos y de médula ósea?

La donación es un acto altruista que puede salvar vivas. Pero, ¿quién puede serlo? ¿Es válida la tarjeta de donante? Si decido ser donante de médula ósea, ¿me va a doler? Te explicamos qué debes hacer si quieres ayudar.

Por Nuria Safont

España volvió a lograr en 2017 cifras récord en donaciones y trasplantes de órganos. La tasa de donantes ascendió a 46,9 por millón de habitantes y se realizaron más de 5.218 trasplantes, de acuerdo al balance anual de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). La solidaridad y la colaboración entre las comunidades autónomas son dos de los pilares del modelo español de trasplantes. 

En España, la mayoría de los trasplantes se realizan por la generosidad de las familias. La donación no sólo es un acto altruista de coraje y lleno de generosidad. Significa además evitar las listas de esperas en trasplantes y la diálisis en pacientes con insuficiencia renal, por ejemplo. 

¿Quién puede ser donante?

Cualquiera en España puede expresar su deseo de donar. Sin embargo, serlo no significa que los órganos vayan a poder ser trasplantados a quién lo necesite. El proceso de donación y posterior trasplante es complicado, minucioso y muy bien organizado. De todas las personas que fallecen en un hospital, solo entre un 1% y 2% terminan siendo donantes, debido a que hay que fallecer en una UCI, en una situación de muerte encefálica o asistolia (parada cardiorespiratoria irreversible). 

Comienza con el proceso de identificación, que suele realizarse en las Unidades de Vigilancia Intensiva (UVI). Estos donantes pueden encontrarse en dicha unidad a causa de un accidente, con traumatismo, hemorragia cerebral y, aunque tienen el sistema nervioso central y el cerebro 'destruido' su corazón aún puede mantenerse latiendo durante unas horas, imprescindibles para llevar a cabo la donación. Tampoco lo es aquella que padece o ha padecido una enfermedad que pueda transmitirse a los receptores (cáncer, infecciones graves, ...).

Para qué sirve la tarjeta de donante

Uno de los caminos que ofrece la ONT para ser donante es adquirir la ‘tarjeta de donante’. Legalmente, no es vinculante, ni existe una base de datos o registro, además, si uno cambia de opinión no tiene más que romperla. Lo verdaderamente importante es que se comunique a los familiares tanto si se quiere ser donante como si no. Ellos son los que, en último término, confirman la autorización para extraer los órganos del fallecido. Así, esta tarjeta sirve tan solo de testimonio.

Por otro lado, no se plantea la posibilidad de donación hasta que el paciente realmente ha fallecido. Asimismo, tampoco se lleva a cabo la extracción de órganos hasta que los familiares no han comprendido y asimilado la muerte de su ser querido.

La donación es anónima. Es decir, nunca se le dice ni a la familia donante ni al paciente receptor a quién se va a donar o quién ha donado ese órgano. En este sentido la ley sobre trasplantes en tajante. Además, en la mayoría de las ocasiones – que suelen conocerse porque han saltado a la prensa- las consecuencias suelen ser negativas. La donación es un acto altruista y debe respetarse el anonimato.

Eso sí, existe la denomimada 'donación en vivo' en la que existe la posibilidad de donar un órgano como el riñón a un familiar o amigo compatible que lo necesite. Las pruebas a las que se someterá a ambos –donante y receptor- son exhaustivas a fin de asegurarse la compatibilidad y que el donante sea un individuo sano. Al contrario de lo que mucha gente piensa, se puede vivir perfectamente con un solo riñón.

¿Qué es la donación cruzada?

Se trata de un sistema implantado en España por la ONT en 2009 y denominado Trasplante Renal Cruzado, y posteriormente se ha ampliado a otros países, como Italia y Portugal. Gracias a ello si una persona que necesite un riñón, y cuente con un donante incompatible, podrá intercambiarse con otra pareja en esta misma situación en todos los países que estén adheridos al sistema, es decir, incorporados en el registro. Este problema afecta a uno de cada tres enfermos de insuficiencia renal que, tras la fortuna de localizar a un allegado dispuesto a donarle un riñón, se han encontrado con que son incompatibles, perdiendo toda esperanza de librarse de la diálisis.

Esta iniciativa permite ampliar las posibilidades de encontrar un donante vivo entre las parejas del registro. Se lleva a cabo mediante un sistema informático por el que si el receptor es incompatible con su donante por razones inmunológicas o por el grupo sanguíneo, se buscará a otra pareja que tenga las condiciones opuestas. Así son posibles trasplantes que, de otra manera, hubieran sido imposibles de realizar.

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¿Qué hacer para ser donante de médula?

Cualquier persona sana, de los 18 a los 40 años, que no padezca ninguna enfermedad susceptible de ser transmitida al receptor puede ser donante de médula ósea -correctamente denominada donación de progenitores hematopoyéticos-. Asimismo, tampoco debe padecer ninguna patología que pueda poner en peligro su salud si se practica la donación. 

Para donar es necesario inscribirse como donante. Esto se puede hacer a través de la ONT o de la Fundación Carreras donde deberán descargarse una serie de documentos y cumplimentarlos. Posteriormente, se localizará un centro de referencia cercano al domicilio en el que se extraerá una muestra de sangre para analizar la compatibilidad HLA (Antígeno Leucocitario Humano, por sus siglas en inglés) y se procederá registrarla y enviarla al Registro de Médula Ósea (REDMO) con los datos personales y de contacto. 

Ser donante no significa que nuestra sangre tenga un receptor compatible, pero sí se entra en un registro internacional y si se detecta que pueda haber compatibilidad, el centro de referencia se pondrá en contacto con el donante para realizar una nueva extracción y ampliar el análisis de compatibilidad. Si este es favorable, se informará sobre qué tipo de donación precisa el paciente y se volverá a preguntar si se quiere seguir adelante con este gesto altruista. 

Tipos de donación de progenitores hematopoyéticos

La donación de médula ósea se realiza, generalmente, mediante la obtención de sangre periférica, una forma menos lesiva y agresiva, ya que se efectúa mediante una simple punción en las ventas de los antebrazos, como si se tratara de un análisis de sangre. Para ello se administran entre cuatro y cinco inyecciones subcutáneas de unos agentes denominados factores de crecimiento. Estos hacen que las células madre de la médula pasen al torrente sanguíneo y la extracción se realice como una donación de sangre. 

La médula ósea también se puede obtener mediante la extracción de sangre medular de las crestas ilíacas (parte superior y posterior de la pelvis) con punciones. En este caso, el donante deberá permanecer en el hospital durante uno o dos días. La extracción de sangre de médula ósea se realizará en quirófano y bajo anestesia general o epidural. Se realiza solo en el 20% de los casos cuando el receptor lo requiere. 

Otra forma de obtener células madre es a través de la sangre del cordón umbilical que se almacena en bancos de cordón de donantes. Se trata de "células inmaduras que producen menos rechazo, pero también hay menos células", aclaró el doctor Enric Carreras, director del Registro Español de Donantes de Médula Ósea (REDMO), en la XV Reunión Nacional de Coordinadores de Trasplantes y Profesionales de la Comunicación, celebrada en Zaragoza.

¿Por qué donantes menores de 40 años?

Desde que se inició el Plan Nacional de Médula Ósea, hace seis años, el objetivo principal era aumentar las reservas. Y se está consiguiendo. De hecho, partió con 10.000 donantes y se puso como objetivo alcanzar los 400.000 en 2020. Gracias a la generosidad de los donantes, esta cifra ya se ha superado en 2018. Ahora la necesidad está en aumentar la eficacia de esta 'nevera'.  Por ello, el Plan ha sufrido una nueva orientación.

En este sentido, desde 2018 "los mayores de 40 años ya no podrán incorporarse al registro de donantes de médula, ya que se ha constatado que los más eficaces son los menores y, además, preferiblemente, varones por cuestiones biológicas", indicó el doctor Jorge Gayoso, médico adjunto de la Organización Nacional de Trasplantes, durante su intervención en la misma reunión que su colega Enric Carreras. Esto es debido a que las mujeres durante el embarazo se sensibilizan a las proteínas del padre del niño y, con el tiempo, las multíparas (mujeres que han tenido hijos) son peores donantes. El peso del donante también influye, ya los varones suelen pesar más que las mujeres.