Consejos naturales para una digestión más ligera
La naturaleza puede convertirse en nuestra gran aliada para favorecer el funcionamiento de nuestro estómago después de comer mucho.
Las vacaciones de verano son una época propicia para relajarse y, en ocasiones, descuidar la dieta, haciendo que comamos más que de costumbre. Algo que se puede traducir -además de en un aumento de peso-, en digestiones más pesadas e incomodas que se alargan durante horas y que nos impiden seguir con nuestro ritmo habitual. Ciertas comidas copiosas, bebidas carbonatadas y con contenido alcohólico o, incluso, alterar el horario al que estamos acostumbrados pueden tener desagradables consecuencias para nuestro estómago provocando molestias e hinchazón. No obstante, la naturaleza puede ser nuestra gran aliada a la hora de aligerar y favorecer el proceso digestivo, de modo que contar con estas hierbas y raíces en la despensa puede resultarnos de gran ayuda.
Anís
Probablemente el anís sea el remedio más extendido para favorecer las digestiones pesadas. Aunque tradicionalmente se solía recomendar un trago de licor de anís para facilitar el proceso, es mucho más aconsejable y saludable tomarlo en forma de infusión. Existen diversas variedades de esta semilla, aunque la que mejor funciona es su versión estrellada (procedente de Asia), puesto que reduce la expulsión de gases y alivia la hincharon abdominal. Combinado con manzanilla y canela potencia sus propiedades antinflamatorias después de las comidas, aunque también resulta muy eficaz masticar unas cuantas semillas.
Boldo
Las hojas de este árbol de origen sudamericano son un remedio muy eficaz para tratar problemas de hígado (uno de los órganos depurativos que más se resienten con el exceso de comida y bebida) así como dolencias gastrointestinales como empachos, indigestión, úlceras, gastritis o gases intestinales. Estimula la producción de bilis desde la vesícula, y tiene un efecto diurético. Se suele tomar en forma de infusión, ya sea solo o combinado con otras plantas medicinales como el anís o la genciana. Está especialmente indicado para facilitar la digestión de las grasas.
Genciana
Se trata de una planta herbácea cuyas propiedades antiinflamatorias y antisépticas, muy utilizadas para combatir alteraciones en el aparato digestivo, residen principalmente en su raíz. De un intenso sabor amargo, su uso es muy frecuente en bebidas como la tónica, el bíter o la angostura, alguna de ellas usadas para tratar problemas gástricos. Sus raíces se dejan secar y de ahí se hace una infusión ideal para tomar si se tienen molestias después de comer mucho.
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Hisopo
Se trata de una hierba aromática y medicinal cuyas pequeñas flores azules tienen un efecto estimulante de la digestión y actúan contra la hinchazón abdominal, gases y flatulencias. Disponible en formato seco en herbolarios, lo más habitual es tomarlo en infusión, aunque tiene un sabor bastante intenso. Basta añadir una cucharadita en agua hirviendo y dejar reposar unos minutos.
Jengibre
Esta raíz de origen asiático es cada vez más utilizada en el mundo occidental, tanto en el plano culinario como en el terapéutico. Con propiedades antiinflamatorias, ayuda a reducir problemas estomacales como cólicos, gases e indigestión. Además, el jengibre evita las náuseas y estimula el flujo de jugos tales como la saliva, las secreciones gástricas y biliares. Se suele tomar en cápsulas, seco o fresco, masticando un trozo o bien infusionándolo en agua caliente con una rodaja de limón.
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Otros consejos útiles
Además de estos remedios naturales seguir ciertos consejos prácticos también puede aliviar nuestra digestión. Tomar fibra en su justa medida (para evitar la hinchazón), masticar bien, evitar alimentos ricos en grasas o fritos (puesto que favorecen la aparición de los molestos reflujos), comer con calma o dar un paseo después de las comidas para favorecer el movimiento gastrointestinal son de gran ayuda para facilitar su función al estómago.