La fibra está colmada de efectos positivos para nuestra salud. Metaboliza el colesterol, contribuye a prevenir el cáncer de colon, absorbe la glucosa, combate el estreñimiento y tiene un efecto saciante. Sin embargo, una investigación de la Fundación Española para la Nutrición indicó que solo consumimos un 50% de la fibra que necesitamos diariamente. De un total de 25 gramos, en España se consumen alrededor de 12 gramos.
Aunque muchos alimentos procesados defienden su puesto saludable por el alto aporte de fibra que contienen, como es el caso de las barritas energéticas o de los cereales para el desayuno, lo cierto es que muchos de estos productos industriales están colmados de azúcares, lo cual neutraliza el supuesto valor saludable del alimento, y pese a que sí contienen fibra, el azúcar está presente en su composición en mayor medida.
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Si consumes cereales refinados estás perdiendo fibra
Los cereales son ricos en fibra. Pero los que consumimos refinados han pasado por una serie de procesos químicos y mecánicos que los han filtrado y molido hasta limpiarlos y dejarlos blancos y sin fibra. Cuando consumimos un cereal integral, este mantiene su estado puro, toda su fibra, vitaminas e hidratos de carbono.
Los alimentos que han sido refinados, y que luego han sido enriquecidos con fibra, no son igual de saludables para nuestro organismo, porque los niveles en los que están presentes no están equilibrados con el resto de nutrientes, al haber pasado por un proceso que les ha despojado de casi todos sus hidratos de carbono y vitaminas. Así que pon atención: no busques alimentos enriquecidos, sino integrales.
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La fruta, fresca y sin exprimir
Cuando bebemos un zumo de fruta, aunque esté hecho con fruta fresca y haya sido exprimida en el acto, estamos desperdiciando su contenido en fibra, pese que las vitaminas queden intactas. Hay más desventajas en el zumo de fruta si lo comparamos con tomarnos la pieza entera.
¿Alguna vez has sentido acidez después de beber un zumo de naranja? Probablemente te resulte extraño, porque sabes que hay pocas cosas más sanas que un zumo natural, exprimido en casa. Sin embargo, si tienes en cuenta que rara vez en tu vida has sido capaz de tomar tres naranjas (sin exprimir) de una tacada, probablemente ahí tengas la razón por lo que la naturaleza te está avisando de algo con esa acidez.
Porque nadie toma un zumo de naranja hecho con una sola naranja, lo normal es exprimir dos o tres. Sin embargo, si tomáramos una naranja, nos sentiríamos saciados y tendríamos un aporte de vitaminas y fibra perfecto. Ten en cuenta, que una naranja sola, tiene 45 calorías. Y un zumo de naranja de 25 mililitros, que sería un vaso normal de zumo, aporta 110 calorías a tu organismo. Si tu objetivo es ingerir vitaminas, tal vez existan formas mejores que no tripliquen las calorías y reduzcan al mínimo la fibra.
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