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Uno de los objetivos del desayuno, además de cargarnos de energía para afrontar la parte más difícil del día, es encender nuestro organismo después del sueño, es decir, despertarlo. De ahí que el comienzo del día para muchos tenga sabor a café, y este sea ya un clásico ineludible por las mañanas.
Sin embargo, un estudio de la Universidad de Australia Occidental llegó a la conclusión de que los polifenoles del café, consumidos de forma periódica o en exceso, nos vuelven inmunes a su efecto estimulante y su reacción dura menos en el tiempo. Entonces se produce una cierta sensación de necesidad, de volver a tomar un café cada cierto tiempo, para reiniciar esta estimulación.
Este estudio apuntó varios alimentos que podemos utilizar para conseguir la estimulación que a veces no logramos conseguir con el café, y que en algunos casos le supera. Se trata de alimentos que aportan más nutrientes y que podemos integrar en nuestra dieta como parte del desayuno o del resto de comidas.
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La avena es un súper cereal
Es un cereal extraordinariamente saludable porque aporta más vitaminas y minerales que cualquier otro. Vitaminas E, B1, B2, calcio, hierro, magnesio, zinc y fósforo. Aporta almidón y fructosa, que son carbohidratos de absorción lenta, lo que significa que su energía se dosifica y logra mantener un ritmo estable y prolongado de nuestros niveles de azúcar en sangre. Esto favorece no sentir cansancio a lo largo del día.
Si lo tomamos como salvado estamos ingiriendo mayor cantidad de fibra que si lo tomamos en copos, porque así está conservando el grano al completo. El punto fuerte de este cereal es la fibra, ayudando en el tránsito intestinal y aportando un remedio a la concentración del colesterol malo. La avena, por tanto, favorece que te sientas saciada durante gran parte del día, ágil, y soluciona problemas de estreñimiento.
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La típica manzana del cole
Asociamos a la manzana a la fruta que los niños llevaban al colegio, y esto es así porque es considerada un alimento energético que ayuda a despertar nuestro organismo, el tentempié ideal para darnos ese empujón a media mañana que otros potencian con el café de las 12:00. Podemos llevarla en el bolso, no necesita elaboración y aguanta varios días sin refrigeración.
Además, actúa como limpiador de los dientes porque nos hace producir saliva al masticarla, reduciendo los niveles de bacterias en nuestra dentadura. Esta forma de masticar tan característica a la que nos fuerza la manzana, es también su arma secreta para despertarnos. Igual que el bostezo es una respuesta física para oxigenarnos, masticar un contenido carnoso como la manzana hace que las mandíbulas produzcan un ejercicio que nos ayuda a despejarnos.
Por si fuera poco, la manzana previene la oxidación celular y disminuye el colesterol malo mediante su fibra soluble, llamada pectina, que evita la acumulación de colesterol.
Prueba a desayunar hummus
Piensa en cambiar el café y la mantequilla que le echas a la tostada por un un pan untado en hummus. De hecho, las legumbres pueden ayudarte a despejarte por la mañana porque su proteína verde activa los químicos cerebrales. El hummus aporta hierro, ácido fólico, antioxidantes y manganeso y no hace falta que lo prepares cada mañana, porque gracias al limón se mantiene a punto varios días.
Los garbanzos tienen mucha fibra y, al igual que las otras opciones que te hemos comentado, te ayudará a no sentir la tentación de picar entre horas, saciándote desde primera hora de la mañana. Según un estudio de la Universidad Hebrea de Jerusalem, el botánico Simja Lev Idón ha determinado que el hummus elaborado con garbanzo produce la segregación de serotonina, que actúa como antidepresivo y estimulante.
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