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Además de las disciplinas deportivas clásicas -fútbol, baloncesto, tenis, natación…- existen nuevas opciones de entrenamiento con pocos años de vida y muchos beneficios. Si el yoga y el pilates son algunas de las las rutinas que más están innovando actualmente, gracias a nuevas metodologías y tendencias, no hay que olvidar que existen otras posibilidades que también reúnen los requisitos para ejercitar todo el cuerpo. Entre ellas, el pole dance que ya se ha convertido en todo un fenómeno deportivo.
Su origen se remonta a hace más de dos siglos
Se dice que esta técnica nació hace más de 200 años, aunque no como tal. Sus inicios se fijan en los comienzos del uso del mallkhamb en la zona de Asia. Se trata de un soporte similar a un pilar de gimnasia que servía para hacer crecer la fuerza muscular al mismo tiempo que se practicaba yoga. Otro medio en el que se pudo haber desarrollado esta modalidad, en sus orígenes, es el del circo, aquellos que a principios del S.XX proliferaron en áreas de fiestas y ferias ambulantes por toda Asia y Europa. Posteriormente, los teatros, los espectáculos nocturnos y los Cabarets incorporaron el baile con barra como una de sus atracciones principales.
A nivel deportivo, el pole dance se practica en centros especializados y salas adaptadas en clases grupales y tiene como ventajas una rápida pérdida de grasa y conseguir una figura moldeada de suaves curvas atléticas. Se trata de una serie de movimientos que se practican sobre una barra, que beben de diferentes tipos de entrenamiento y bailes distintos. Apuntarte a pole fitness, también conocido como baile en tubo, puede ser muy beneficioso pues quema gran cantidad de calorías, favorece un mejor equilibrio, aumenta la flexibilidad y hace que ganes en resistencia. Además, a medida que la intensidad de la clase vaya subiendo de nivel y crezcan los retos, conforme el alumno los supere, puede tener un efecto muy positivo para su autoestima.
Una disciplina muy sacrificada, pero muy efectiva
Aunque requiere de una buena base, mucha fuerza y una gran coordinación, esta disciplina también puede aprenderse desde cero con la ayuda de un entrenador personal que se adapte a nuestro ritmo. Solo es necesario disponer de un espacio en el que se pueda fijar una barra, tanto en el techo como en el suelo, y de una equipación adecuada, en general, un top deportivo y unos culottes cómodos.
Atrás quedan los días en los que se asociaba a bailarinas eróticas, pues ahora esta modalidad ha iniciado el proceso para convertirse en deporte olímpico. Convertida en toda una tendencia internacional en las redes sociales, el organismo que la representa a nivel mundial es la International Pole Sports Federation (Federación Internacional de Deportes de Barra), que tiene como propósito "promover positivamente el pole como un deporte atlético". Cuando hace casi un año Katie Coates, presidenta de esta organización, explicó lo que suponía para la federación internacional obtener el 'estatus de observador' en las Olimpiadas (paso previo a la solicitud para ser miembro del Comité Olímpico Internacional), empezó un sueño por el que ahora luchan todas las federaciones del mundo.
En España existe la Federación Española de Pole Sport, cuyo objeto es regular este deporte en nuestro país y desarrollar "atletas de élite, entrenadores y clubes en una amplia gama de disciplinas: Sport, Artistic, Ultra y Parapole". Las competiciones y pruebas nacionales superan las 25 y alcanzan la cifra de unos 5.000 atletas españoles.
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