Elegir la manera de ponernos en forma es algo muy personal que no debe pasar obligatoriamente por ir a un gimnasio. Es posible que no te guste compartir una sala de entrenamiento con otras personas o que, sencillamente, no tengas acceso a uno. Pero eso no es una excusa para no ejercitar el cuerpo como debemos y quedarnos sentadas en el sofá. Crear tu propia sala de entrenamiento en casa puede resultar muy sencillo si sabemos cómo hacerlo.
En realidad, un gimnasio no encierra otro misterio que tratarse de un lugar al que vas para contraer y estirar tus músculos con aparatos diseñados para ello. Si te lo propones, puedes disponer de gran parte de las opciones que un gimnasio te ofrece si encuentras la forma de poner tus músculos bajo tensión, algo que puedes lograr de distintas maneras.
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Utiliza el peso corporal
La gravedad puede convertirse en nuestra gran aliada para poner en forma nuestro cuerpo. De hecho, es un método que se ha convertido en tendencia y es el preferido de muchos aficionados al fitness. Se conoce como bodyweight y consiste en utilizar la resistencia del propio peso a la gravedad para ejercitar la musculatura y, además, realizar ejercicio cardiovascular. Podrás diversificar las zonas del cuerpo que quieras trabajar: el tren superior, los brazos, las piernas… Y podrás realizar una gran variedad de ejercicios como planchas, sentadillas, zancadas, flexiones, dominadas, burpees, fondos… la lista es infinita. Solo necesitas un pequeño espacio en casa y, por supuesto, ganas de entrenar.
Añade otras resistencias
Si quieres añadir algún complemento a tus ejercicios y tener una mayor sensación de tener tu propio gimnasio, lo más inmediato es hacerte con unas mancuernas de distintos pesos para añadir una resistencia externa a nuestros ejercicios. Sin lugar a dudas, son el elemento que no deberían faltar en tu pequeño gimnasio en casa. Son versátiles y complementan muchos de los ejercicios que podemos hacer usando nuestro cuerpo. Además son fáciles de conseguir y a un precio muy económico.
Si quieres añadir más variedad, puedes incluir un barra y algunos discos más para contar con una resistencia mayor a la que nos ofrecen las mancuernas.
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Hazte con un fitball
Puestos a pensar en elementos propios de un gimnasio que sean cómodos de conseguir, versátiles y a buen precio, el fitball o balón de estabilidad es una apuesta ganadora. Se trata de un elemento que ofrece bastante utilidad y muy barato, de modo que merece la pena contra con él para nuestro propio gimnasio. El fitball nos ayuda a reducir la estabilidad para que podamos trabajar determinados músculos generalmente olvidados. Por otro lado, es un complemento ideal para trabajar tu abdomen de manera completa y, además, para relajar algunas partes del cuerpo, como la zona lumbar.
Sácale partido a tu casa
Puesto que nuestro gimnasio va a ser “casero”, no debemos desestimar el valioso uso de muchos elementos de los que disponemos en casa a la hora de pensar en hacer nuestros ejercicios, como sillas, mesas e incluso el sofá. Cualquier mueble que tengamos a mano podría resultar una buena opción para ampliar el abanico de ejercicios disponibles. Además, podemos utilizar otros muchos objetos que tengamos en casa para añadir resistencia, como una mochila llena de libros para hacer sentadillas o un par de garrafas de agua para trabajar los bíceps. Con un poco de imaginación y ganas podrás ponerte en forma sin salir de casa.
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