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Largas jornadas frente al ordenador, horas extra, poco tiempo de descanso, correos constantes, prisas… Pese a las exigencias y presiones del día a día, son muchos los que no consiguen desconectar una vez llegadas las más que merecidas vacaciones. Esas que ansiamos durante el resto del año. Después de una temporada de ajetreo y estrés, conseguir separarse del trabajo, pulsar el botón de 'reset' y disfrutar a conciencia de los días de asueto son tareas mucho más complicadas de lo que, a priori, puedan parecer.
Antes de irnos de vacaciones, para tener un verdadero descanso y concentrarnos en el 'aquí y ahora' es aconsejable dejar el trabajo totalmente cerrado y controlado. Una vez conseguido este primer objetivo, basta con seguir una serie de recomendaciones para recargar pilas y volver a la oficina y a la rutina con energías renovadas.
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Para y respira
Las vacaciones son un tiempo idóneo para bañarse en el mar, tomar el sol o visitar destinos desconocidos, pero también para reflexionar, reencontrarse con uno mismo y establecer nuevas metas y objetivos. Al estar nuestra mente más descansada y relajada, el verano es la época perfecta para afrontar cambios y tomar decisiones más objetivas y acertadas. Aprovecha los días de desconexión para establecer una rutina diaria en la que dediques unos minutos a hablar contigo misma, reflexionar por un momento sobre los aspectos de tu vida con los cuales no te encuentras completamente conforme o los qué podrías mejorar para alcanzar el verdadero bienestar. Esta pausa también nos permitirá darnos cuenta de los puntos positivos que tiene nuestro día a día y que, en muchas ocasiones, no somos capaces de ver.
Despídete de la tecnología
Para parar y respirar es necesario, previamente, desconectar. En todos los sentidos. Deja el ordenador portátil apagado, pon el teléfono móvil en silencio y disfruta de las personas que te rodean. Una regla de oro para exprimir estos días al máximo es minimizar la conectividad, tanto en las aplicaciones laborales como en las personales. Si eres una persona que necesita consultar el correo o los servicios de mensajería, establece una rutina y acota tu horario para poder atender tranquilamente esas 'urgencias'. Por ejemplo, una buena fórmula es realizar estas tareas a primera hora de la mañana para poder disfrutar del resto del día con la mente despejada y sin ningún tipo de preocupación, centrándote únicamente en las sorpresas que depara la jornada.
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Rescata aficiones
¿Hace cuánto tiempo que no lees un libro? ¿Cuál es la última película que viste en el cine? ¿Recuerdas dar un paseo sin mirar constantemente el reloj? Las vacaciones son el momento para recuperar aquellos hobbies que teníamos olvidados y que tanto nos gustaban. Además de leer un buen libro o escuchar nuestro grupo de música favorito, es recomendable realizar actividades que combinen cuerpo y mente, como nadar, practicar yoga o darle una oportunidad a cualquier otro deporte desconocido hasta el momento. Nunca sabes dónde ni cuándo puedes encontrar una nueva y saludable afición.
Recupera las horas de sueño
Ante todo, las vacaciones deben ser sinónimo de descanso. Aunque las necesidades de sueño varían a lo largo de la vida, los expertos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) recomiendan dormir entre 7 y 8 horas seguidas. Lo ideal, según los especialistas, es mantener un horario de sueño regular con no más de dos horas de diferencia entre días de trabajo y días libre. Sin embargo, por norma general, las personas dedican poco tiempo al descanso. Algo que puede afectar a la capacidad intelectual y al rendimiento. Olvídate del despertador en vacaciones. No madrugues y duerme todo lo que tu cuerpo necesite para recuperar energía. No obstante, una vez acabado el periodo vacacional, debes adaptar gradualmente al horario de oficina antes de volver al trabajo.
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