Nuestro hogar puede alcanzar temperaturas muy altas en verano. Y cuando llega una ola de calor, se puede convertir en un horno si no contemplamos algunas medidas para mantenerlo fresco. Y no, el aire acondicionado no es la única solución. Además, debido al elevado coste de la electricidad y a su alto consumo energético, no es la manera más sostenible de bajar los grados de tu casa. Por un lado, pagarás más en la factura de la luz y, por otro, contribuyes a empeorar el calentamiento global, ya que desprende más C02 a la atmósfera. Estas ideas son más saludables y, por supuesto, económicas. Toma nota.
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1. Un buen aislamiento. Es la primera medida para mantener una temperatura constante en casa. Gracias a él, se evita la pérdida de calor en invierno así como que las temperaturas externas caldeen el hogar. Si bien es cierto que no siempre contamos con la posibilidad de reformar nuestra vivienda con materiales de aislamiento térmico en paredes y ventanas.
2. Toldos y persianas. También te ayudarán a impedir que entre el calor en casa. Por la noche, cuando refresque, mantén las ventanas abiertas, siempre que la temperatura exterior sea uno o dos grados inferior a la de la interior. Si estas se encuentran en paredes opuestas, se generará una corriente de aire que refrescará más rápido la casa. Por las mañanas, cuando salga el sol, baja las persianas y, si cuentas con ellos, echa los toldos.
3. Apaga el televisor. Es una fuente de calor, así como el ordenador o cualquier otro aparato electrónico. En la medida de lo posible, evita tenerlos encendidos de día o durante muchas horas, ya que elevará la temperatura del hogar.
4. Luces, las justas. Las bombillas son otra fuente generadora de calor. En la medida de lo posible, evita encenderlas o, al menos, no todas al mismo tiempo, y utiliza las de bajo consumo o las LED, que además te ayudarán a ahorrar en la factura de la luz.
5.Ventiladores en lugares estratégicos. Son los aparatos más apreciados en verano, pero tienen su truco. Colócalos en un lugar donde no haya obstrucciones y el aire circule libremente. Si entra frescor del exterior, deben situarse frente a la ventana. Los de techo son los mejores para controlar el calor y mantener fresco el hogar. Las aspas deben girar en sentido contrario a las agujas del reloj, es decir, hacia la izquierda para que el calor suba.
6. Mantén una buena humedad. Puedes hacerlo utilizando palanganas de agua fría con hielo frente a los ventiladores o con electrodomésticos que pulverizan agua y que refrescan el ambiente bajando unos grados la temperatura.
7. Cortinas frías. Te ayudarán a mantener fresca tu casa, de manera sostenible, sobre todo por la noche, para que puedas conciliar mejor el sueño, sin usar ningún aparato eléctrico. Cuelga una cortina o sábana fría en la ventana para que el aire entre más fresco -puedes enfriarla en el congelador o mantenerla en la nevera- .
8. Sábanas limpias y frescas. Hacer la colada todos los días no resulta muy ecológico, pero sí puedes ventilar bien las sábanas al despertar y mantenerlas frescas por la noche. Para incrementar la sensación de frescor, pon la sábana unos veinte minutos en el congelador antes de acostarte. Y rocía la almohada con agua de lavanda. Usa, además, tejidos naturales como el algodón, que mejoran la transpiración.
9. Revisa tu cesta de la compra. La dieta juega un papel fundamental a la hora de mantener una correcta hidratación y combatir el calor del verano. Llena tu frigorífico de alimentos que ayuden a reponer líquidos.
10. Manos y pies en agua fría. Cuando veas que sube tu temperatura, sumerje las muñecas en agua fría durante unos minutos. Haz lo mismo con los pies y refréscate también la cara y la nuca. Ayudará a aliviar la sensación de calor.
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Aire acondicionado ecológico
Por último, te damos una idea solo apta para mañosos. Se trata de hacerte tu propio sistema de aire acondicionado ecológico. Es el eco cooler, un sistema de refrigeración fruto de un proyecto social originario en Bangladesh (India), donde se alcanzan temperaturas muy elevadas y la población no puede costearse aparatos más sofisticados para combatir el calor. Consiste en un plafón de unos 2 mm de grosor que se embute en la ventana y que enfría el aire que entra a través de botellas de plástico cuya base ha sido cortada.
Se basa en la premisa de que el aire sale más frío cuando pasa por un conducto pequeño y se encuentra con una superficie más grande. Por ejemplo, el aire que entra a través del cuello de una botella y sale al exterior por su parte más ancha. Puedes hacer la prueba: sopla hacia la palma de la mano con la boca abierta. Verás como el aire es más caliente. Si la entrecerramos, como si fuéramos a silbar, notaremos que este es algo más frío.
Puedes encontrar tutoriales en youtube para fabricarlo. Eso sí, no te garantizamos que el resultado sea el mismo que el aparato tradicional.
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