Siempre se ha dicho (y dado por hecho) que a partir de los 40 años nuestro aspecto físico entra en un declive provocado por la ralentización de nuestro metabolismo, y contra el que poco podemos hacer. Por suerte los expertos sugieren nuevas evidencias que toman una nueva dirección.
Y es que, según parece, el único motivo que nos hace engordar con el paso de los años es que reducimos nuestro nivel de actividad física. Ahí está la clave, y no en el número de velas que soplamos cuando llega nuestro cumpleaños. De manera que está en nuestras manos deshacernos de la grasa que nos sobra.
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Nuestro metabolismo, el falso culpable
Por mucho que queramos, no podemos cambiar nuestro metabolismo, da igual lo que hagamos al respecto. Está determinado por una serie de factores como la altura, el sexo y la genética, que al combinarse dan nuestra tasa metabólica en reposo. Es decir, la cantidad de energía que quemamos solo con llevar a cabo nuestras funciones vitales.
Además, parece ser que nuestros cuerpos entran en otras tres fases que determinan la quema de calorías, y de ellas hablamos cuando nos referimos al tipo de metabolismo que puede ayudarnos a adelgazar. La primera fase está relacionada con la ingesta de alimentos que producen un efecto térmico en nuestro organismo, como el café, el té o determinados picantes. Y sí es cierto que pueden aumentar el proceso metabólico, pero no lo suficiente como para que se traduzca en una pérdida evidente de peso.
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La clave, la actividad física
Al final todos los caminos llevan a Roma, y el de la pérdida de peso nos lleva sin remedio a la importancia de la actividad física. Incrementar nuestro ejercicio diario, ya sea subiendo las escaleras, sudando en una clase de yoga o dando un largo paseo al volver de trabajar. Esto supone un gasto de energía llamado “gasto de actividad física”, y sería la segunda fase de las tres que decíamos anteriormente.
Y la tercera y última hacer referencia a las calorías que seguimos quemando en reposo tras haber realizado un entrenamiento físico extenuante, y se conoce como “exceso de consumo de oxígeno”.
Estas dos últimas fases son las realmente importantes a la hora de revertir un aumento de peso. Lo mejor que puedes hacer para quemar las calorías sobrantes es aumentar tus niveles de actividad física a cualquier nivel, ya sea caminar o correr. Si de activar el metabolismo se trata, los entrenamientos de fuerza o con pesas no van a influir mucho, a pesar de resultar beneficiosos para tu cuerpo por otra serie de razones.
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Ten cuidado con lo que comes
Según las declaraciones de un grupo de expertos, recogidas por The Independent, no solo somos menos activos a medida que cumplimos años, sino que, además, tenemos una menor percepción de cuáles son las necesidades nutricionales de nuestro cuerpo. Las recomendaciones al respecto son las siguientes:
- Toma menos alcohol: incrementa sin que te des apenas cuenta el número de calorías ingeridas, así que busca alternativas más saludables para acompañar tus comidas o para tu tiempo de ocio.
- No te olvides de beber agua: entre otras cosas, reducirás el exceso de sodio en tu cuerpo, que puede traducirse en una desagradable sensación de hinchazón provocada por una retención de líquidos.
- Reduce la ingesta de calorías: las necesidades calóricas de cada persona son diferentes, pero si tomas en exceso no perderás peso jamás.
- Come más proteína: no solo harán crecer y mantener tus músculos, también te ayudarán a regular la dieta y a reducir la cantidad de alimentos que engordan.