En la variedad está el gusto y entre las distintas personalidades, están aquellas que no conciben sus vidas sin cierto grado de riesgo y practican deportes que nos parecen imposibles al resto de la población. Como puede ser el caso del surf, una actividad acuática que no todo el mundo se atreve a realizar.
Según los expertos, estos adictos a la adrenalina son buscadores de sensaciones que, mediante el deporte, activan determinadas áreas del cerebro relacionadas con la recompensa y la satisfacción. Además, la pasión que profesan por estas actividades les ayuda a alcanzar mayor bienestar, serenidad y control sobre sus vidas.
Estos son algunos de sus preferidos. ¿Te animas?
Flyboard
Este deporte náutico, para auténticos amantes del riesgo y la adrenalina, hará que tu corazón vaya a mil si te atreves con él. Consiste en una tabla a la que van sujetas dos botas, dos flotadores por la parte inferior de la tabla y un tubo, divido en dos codos que se encuentran en cada punta. Gracias a la propulsión del agua, la plancha se devanta haciendo que 'vueles'. No te preocupes, la tabla va enganchada con una manguera a una moto de agua o lancha.
Escalada
Es otro deporte para amantes del riesgo, aunque más conocido que el anterior. El verano es un buen momento para iniciarnos si nos gusta la montaña y queremos alcanzar lugares solo accesibles para unos pocos. Es conveniente estar en buena forma. Si sufres vértigo, consulta antes con un experto.
Apnea deportiva
Consiste en permanecer bajo el agua durante un tiempo a pulmón, conteniendo la respiración. No vale meterse en el mar o en una piscina y dejar de respirar, sin más. Hay que aprender la técnica e ir siempre acompañado. Cuando se adquiere más práctica, se puede descender varios centímetros hasta algo más de un metro. La apnea no debe considerarse solo como un deporte. Los aficionados y profesionales aseguran que se trata de un técnica parecida a la meditación que ayuda a adquirir concentración, bienestar y serenidad.
Paracaídismo
Es otro de los deportes de riesgo más típicos para los adictos a la adrenalina. Los que lo practican aseguran que no es tan peligroso como se piensa, ya que en el salto se llevan dos paracaídas, uno que abre el que practica el salto y otro de seguridad controlado por un dispositivo que se activa si detecta que a determinada altura no se ha abierto el principal. Asimismo, la sensación no es de salto al vacío, puesto que la resistencia al viento hace que 'flotes' al caer, aunque sea a velocidades muy altas.
Barraquismo
Se trata de otro clásico del verano y que puede realizar casi cualquier persona, ya que existen varios niveles. Consiste en descender barrancos de montaña, en el curso del descenso de un río, y combina el senderismo, la escalada y la natación.
Kitesurf
Junto con el surf y el windsurf, es uno de los deportes acuáticos que más podemos ver en nuestras playas. Consiste en una tabla y una vela parecida a una cometa. El deportista va sujeto a la vela con un arnés, lo que le permite deslizarse por el mar, navegar, surfear, dar saltos y alcanzar mucha velocidad.
Downhill
Montar en bici no puede considerarse un deporte de riesgo, pero los adictos a la adrenalina han logrado crear una disciplina no apta para todos los amantes de este medio. Se trata de el downhill o descenso en bicicleta por terrenos escarpados, de gran dificultad, con mucha inclinación y alcanzando velocidades de vértigo.
Parasailing
Si te gusta el mar y además quieres volar sobre él, este es tu deporte. Esta actividad náutica consiste, precisamente, en volar a unos 50 metros de la superficie marina, con un paracaídas arrastrado por una lancha motora.
Rafting
Practicar rafting en vacaciones se ha popularizado en muchos destinos turísticos de montaña. Y es que se trata de una actividad que también cuenta con varios niveles de dificultad según las aguas del río por el que se desciende. Incluso pueden practicarlo niños.