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Si por algo se caracterizan los gatos es por ser animales especialmente pulcros. Los felinos domésticos invierten entre el 30% y el 50% de su día acicalándose. Es decir, dedican entre 7 y 12 horas diarias a su higiene. Sin embargo, lo que parece una gran ventaja puede acabar convirtiéndose en un grave problema. Durante este ritual de autolimpieza, el animal ingiere parte de su pelaje, que no puede eliminar por sí mismo y que se acumula en el intestino, pudiendo llegar a bloquear su tracto intestinal. Tanto es así que, en los casos más graves, las bolas de pelo pueden llegar a alcanzar un tamaño que supera los 12 centímetros de diámetro. Todo un desafío que implica una cirugía de urgencia y un peligro de muerte para la mascota. Sin embargo, son pocos los dueños de los felinos que son conscientes de los problemas que pueden derivar de esta peluda e incómoda acumulación.
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¿Cuáles son los síntomas?
En general, la inmensa mayoría de los gatos expulsan las bolas de pelo mediante las heces y en casos muy graves mediante el vómito. Sin embargo, puede ocurrir que el animal no sea capaz de eliminar la bola de pelo, que está atascada en su intestino. En este caso, presentará molestos síntomas como decaimiento y apatía, arcadas frecuentes, vómitos y estreñimiento. Motivos suficientes para llevar urgentemente al gato a un veterinario para que se someta a una revisión y diagnóstico.
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¿Cómo evitar que se formen?
A pesar de lo peligrosa que puede resultar la rutina de limpieza gatuna, no se debe impedir el aseo diario del animal. No obstante, sí que se deben llevar a cabo una serie de recomendaciones para evitar la formación de bolas de pelo en su interior, científicamente llamadas tricobezoares. Una forma de prevención que ayuda a liberar el exceso de pelo muerto es el cepillado al minino con frecuencia. No obstante, y pese a que con esta acción se fortalecen los lazos afectivos entre el dueño y la mascota, hay gatos inquietos que no paran de moverse y con los que resulta complicado realizar un correcto cepillado. Se debe utilizar un cepillo adecuado y frotar más enérgicamente una vez que el felino se haya acostumbrado a este ritual para retirar la mayor cantidad posible de pelo muerto, que produce molestos picores en el animal.
Al igual que un cepillado periódico puede prevenir la formación de bolas de pelo, la malta les ayudará a expulsarlas. Se trata de una pasta de color similar a la miel y textura más densa que se adhiere al pelo acumulado en el intestino, favoreciendo su tránsito y ayudando a la evacuación del pelaje. A pesar de que la mayoría de gatos toman la malta con gusto, como si de una golosina se tratara, otros la rechazan. En este caso, los veterinarios recomiendan poner una pequeña cantidad de malta en la pata delantera del felino y él se encargará de lamerla para limpiarse, o colocar directamente un bolita de la pasta en la lengua del animal. Además, algunos alimentos que contienen malta y un mayor contenido en fibra también les ayudarán a expulsar el pelo de forma más sencilla.
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