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Cuando queremos perder peso lo más habitual es que centremos todas nuestras energías en aquellas cosas que podemos hacer durante el día, como vigilar nuestra alimentación o esmerarnos a la hora de realizar ejercicio físico. Y es evidente que estas cosas son fundamentales para mantener un buen estilo de vida y conseguir un peso saludable. Pero existen, además, formas de quemar calorías que exigen menos esfuerzo. Y sí, lo mejor de todo es que dormir es uno de ellas. Sigue estos consejos, y quemar calorías durante la noche será más fácil de lo que imaginas.
Prepara cenas saludables y no muy copiosas
A veces somos capaces de controlar muy bien lo que comemos durante el día, pero al llegar la noche nos relajamos y puede que la cena se convierta en la comida más calórica del día. Es decir, es más tentador tomar una sabrosa hamburguesa con patatas antes de dormir que en cualquier otro momento del día. Por eso debemos intentar no bajar la guardia a la hora de la cena.
Cuanto más comamos antes de meternos de meternos en la cama, más va a tardar nuestro cuerpo en metabolizar los alimentos. También afecta a la liberación de las hormonas del crecimiento, que tiene lugar durante el sueño profundo. La consecuencia es que entonces la comida que hemos ingerido se almacena como grasa y no como combustible.
Procura consumir al menos un tercio de las calorías diarias antes del mediodía y tendrás más energía, menos hambre el resto del día y menos posibilidades de que lo que comes se transforme en grasa.
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Duerme mucho y hazlo en un ambiente fresco
Dormir es un placer, y si lo haces un mínimo de 7 horas cada día no solo te sentirás más descansada, también aumentará la pérdida de grasa. Además, debes evitar un ambiente excesivamente caluroso a la hora de dormir, porque las bajas temperaturas te pueden ayudar a quemar más calorías mientras descansas. La razón es que en un ambiente fresco, el cuerpo trabaja para mantenerse caliente, y para lograrlo necesita consumir la grasa que tienes acumulada. En verano resulta más difícil conseguir una temperatura más bien fresca, pero en invierno solo tienes que regular la calefacción para conseguirlo.
Haz algo de ejercicio durante el día
Los ejercicios de cardio y los de resistencia favorecen la pérdida de peso mientras dormimos, especialmente si los realizamos unas horas antes de acostarnos. Evidentemente, el mismo hecho de hacer deporte te ayudará a mantenerte en forma, pero además te ayudará a descansar mejor y a que puedas cumplir con el mínimo de horas de sueño, asegurándote un buen descanso. No es necesario que vayas al gimnasio, pero sí lo sustituyas con largos paseos por la tarde o con un pequeño entrenamiento en casa.
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Ayúdate a dormir bien
Un buen descanso, que te reponga del largo día y te ayude a quemar grasa, no se consigue solo con meterte en la cama y cerrar los ojos. Para empezar, mantén los dispositivos electrónicos, especialmente tu smartphone, fuera del dormitorio. Según un estudio realizado por la Universidad de Manchester, la luz que emiten este tipo de aparatos interrumpe la producción de melatonina, y como consecuencia nuestro metabolismo se desestabiliza.
Además, puedes conseguir que tu sueño sea más profundo si te tomas un té antes de meterte en la cama. Busca una infusión que te siente bien y que te ayude a conectar con un ambiente que predisponga el descanso y favorezca un sueño reparador. Así, mientras tú estás en los brazos de Morfeo, las grasas acumuladas en tu cuerpo tendrán las condiciones óptimas para desaparecer.
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