Un estudio reciente de la Universidad Queen Mary de Londres ha llegado a la conclusión de que existen cantidades sorprendentes de bacterias y microorganismos en nuestros hogares, escondidos en los objetos cotidianos que utilizamos aun cuando les creemos limpios y ajenos a la contaminación.
Pero es precisamente por su continuado uso, y porque las bacterias saben cómo sobrevivir, que pese a no verlas, están instaladas en nuestra casa y se cuentan en millones. Aquí te explicamos cuáles son los lugares más contaminados de tu hogar, y cómo acabar con estos compañeros de piso indeseables.
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Tabla para cortar alimentos
Aunque todo lo que pongamos sobre la tabla esté recién lavado, nunca nos podremos asegurar de haber acabado con todos los microoganismos que hay en los alimentos crudos que vamos a cortar. En el caso de la carne es prácticamente imposible que aquello que cortamos en la tabla no tenga algún tipo de bacteria que se adhiera a la superficie. Es un círculo vicioso, porque si estamos contaminando la tabla cada vez que ponemos algo, también estamos contaminando el resto de alimentos que sí podrían estar bien lavados.
A esto se le llama contaminación cruzada y no hay una forma sencilla de acabar con ella, tan solo intentar lavar todos los alimentos y la tabla cada vez que se utiliza y cambiarla de vez en cuando para deshacernos de todo lo que está acumulado pero que no vemos.
Si tenemos que elegir entre un tabla de madera o de plástico, contra la creencia de que la madera es más natural, el plástico es una solución más higiénica porque su superficie no tiene porosidades donde las bacterias pueden adherirse con facilidad, por lo que se minimizan las posibilidades de alojar microorganismos en su interior. El problema es que el plástico sufre los cortes del cuchillo con más facilidad, se generan surcos y estos sí son porosos, y ahí es donde las bacterias pueden atrincherarse
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Lavadora
Según un estudio de la Universidad de Arizona, tu lavadora podría tener en su tambor 500 millones de bacterias. Esto ocurre porque cada vez que la llenamos de ropa sucia estamos alimentando un micro-universo húmedo en el que, a pesar de utilizar detergentes y suavizantes, las bacterias consiguen pervivir fuera de la ropa y se asientan en el tambor.
Muchas de estas bacterias y microorganismos los traemos de la calle y van de polizones en nuestra ropa, pero otras células son producidas por nuestro organismo y son células epiteliales de la piel que sirven de alimento de las bacterias y les hacen seguir con vida dentro del tambor.
La solución para acabar con esta colonia de bacterias pasa por hacer un lavado de ropa blanca con lejía para desinfectar el tambor. Después deberías hacer un lavado de ropa interior a 60ºC con lejía de color. Estos dos programas garantizan acabar con los microorganismos, pero también es recomendable que una vez al mes hagas un lavado sin ropa utilizando lejía para eliminar las bacterias más resistentes.
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Televisor y mando a distancia
No es raro encontrar el mando a distancia del televisor encima de la mesa del comedor para cambiar de canal mientras comemos, o lo tenemos encima del sofá y lo manipulamos con la misma mano que utilizamos para llevarnos las palomitas a la boca. Pues debes saber que probablemente en tu mando a distancia de la tele tengas más de 250 mil bacterias distintas, y que muchas lleguen directamente de la calle, cuando regresas y pones la tele como acto instintivo sin lavártelas antes.
El mando a distancia es uno de los objetos que más tocamos a lo largo del día y que más sucios están, aunque no lo veamos a simple vista. Es muy recomendable que de vez en cuando se dediquen unos minutos a su limpieza, basta con utilizar un paño con desinfectante, pero aplícalo siempre de forma indirecta y busca que no sea muy corrosivo, porque la tinta de botones del mando a distancia podrían borrarse en pocos lavados.
Y aunque apenas nos vemos obligados a tocar el televisor (porque para eso está el mando a distancia) te sorprenderá saber que es uno de los aparatos domésticos más contaminados, porque el campo magnético que genera al estar en funcionamiento atrae a los microorganismos que están en el aire y es un imán para las bacterias. Sin embargo, las televisiones actuales de plasma y LCD tienen un campo electromagnético muy inferior a las viejas televisiones de tubo, por lo que podemos estar seguros de que limpiando de vez en cuando el televisor con una gamuza podrá bastar para eliminar estos organismos indeseados. Eso sí, recuerda hacerlo con la televisión desconectada, la electricidad estática podría producirte un chispazo desagradable.
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