Si estás en un coche o un autobús y estás leyendo estas líneas, quizá deberías dejar la lectura para más tarde y así evitar sufrir un mareo que te amargue el viaje. Si, por el contrario, has decidido continuar, es probable que tengas el privilegio de no sufrir este problema. Aunque también puedes haberte hecho con una de las últimas innovaciones: las revolucionarias gafas contra el mareo, un dispositivoque permite corregir el trastorno.
El mareo se produce a causa de un conflicto entre el oído interno y el sentido de la vista. Nuestro oído es el encargado de enviar la información al cerebro sobre cuál es nuestra posición, es decir, si estamos en movimiento o quietos. Por otro lado, cuando viajamos en coche, la vista también está enviando muchos mensajes por el movimiento de los objetos, que pasan a toda velocidad.
Si a esto le sumamos que la mayoría de las veces que viajamos lo hacemos leyendo, el riesgo de mareo es mayor, ya que la vista está centrada en un objeto fijo, mientras que el oído percibe el movimiento. En este momento, el cuerpo experimenta una incoherencia entre lo que ve y lo que siente. Y el cerebro, que tolera mal este conflicto, se defiende desencadenando sudores fríos, vértigo, náuseas, vómitos, síntomas parecidos a un envenenamiento. Esto no es casual, de hecho, investigaciones recientes han señalado que, cuando hay esta contradicción en la información, el cerebro cree que hemos sufrido una intoxicación que puede poner nuestra supervivencia en peligro. Por eso reacciona intentando expulsar el contenido del estómago.
El mareo en el coche recibe el nombre técnico de cinetosis o mal de movimiento, y es muy frecuente en personas que viajan en coche, autobús, tren, y en barco. No es lo mismo que el vértigo. Este puede suceder en cualquier momento y se define como la sensación ilusoria de movimiento. "Lo normal es notar que el entorno gira a nuestro alrededor, como si nos dieran vueltas las cosas. Asimismo, también podemos apreciar que somos nosotros quienes nos movemos con relación al entorno", afirma el doctor Luis Lassaletta, presidente de la Comisión de Otoneurología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL-CCC). Este último debe consultarse con experto en otorrinolaringología.
No todos reaccionamos igual cuando un vehículo se pone en movimiento. Hay personas que no llegan a sentir nunca esta desagradable sensación, y otras son más propensas y se marean en la primera curva. Por ejemplo, los niños de entre 2 y 12 años, los ancianos y las mujeres embarazadas pueden acusar más este mecanismo de defensa de nuestro cerebro.
Haber comido mucho, el consumo de alcohol, así como realizar alguna actividad mientras estamos en movimiento (leer, escribir, utilizar el smartphone…) también favorece el mareo.
La cinetosis es muy frecuente en la población y afecta a más de 30 millones en Europa. Afortunadamente, hay maneras de prevenirlo, por ejemplo, con la toma de medicación. El dimenhidrinato, por ejemplo, ha demostrado ser eficaz contra la cinetosis, las nauseas y los vómitos. Actúa a nivel del sistema nervioso central, inhibiendo la hipersecreción e hipermotilidad gástrica, y también se utiliza en otros problemas del oído como el síndrome de Meniere.
Recientemente, se han incorporado al arsenal preventivo unas gafas especiales. Según explican a Hola.com fuentes de Citroën, marca encargada de comercializar el dispositivo, “hay que ponerse las gafas cuando se empiezan a notar los primeros síntomas. A los 10 ó 12 minutos el dispositivo permite a la mente resincronizarse con el movimiento percibido por el movimiento interno, mientras que los ojos se mantienen fijos en un objeto inmóvil como un libro o un smartphone.
Esto es debido a que, gracias al líquido en movimiento que se encuentra en los anillos de las gafas, situados alrededor de los ojos, en el eje frontal (derecha e izquierda), pero también en el eje sagital (delante y detrás), se recrea la línea del horizonte para resolver el conflicto entre los sentidos”. Solo pueden utilizarse para corregir la incoherencia entre la información del oído interno y la de la vista. Por tanto, si la persona no está mareada, no van a producir ningún efecto.
Las gafas están diseñadas en plástico blanco y no tienen cristales. Pueden compartirse entre los distintos miembros de la familia o compañeros de viaje. Son aptas para todo el mundo, excepto para menores de 10 años, ya que el oído interno no está plenamente desarrollado. Asimismo, pueden utilizarse para viajar en autobús, tren, avión, barco, es decir, para cualquier medio de transporte.
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