Consejos 'fitness' para ser más feliz
El deporte no es solo una forma de conseguir un cuerpo bonito, proporciona una serie de beneficios emocionales que traen consigo la felicidad y el equilibrio en nuestras vidas.
Que el deporte te hace feliz no es una frase sin fundamento. Está demostrado que hacer deporte ofrece ventajas más allá de cultivar el físico. Practicarlo potencia la creación de endorfinas por parte del cuerpo, y como consecuencia, tenemos una mayor sensación de felicidad. Pero hay muchos otros factores que, a veces, obviamos cuando lo hacemos. Y es que, según los entrenadores de Infinit Fitness, en plena era de la comunicación y el social media, parece ser más importante demostrar que hacemos deporte y que somos felices en las redes sociales, que serlo realmente. Estamos demasiado pendientes de sacarnos fotos practicándolo y conseguir likes, y perdiendo de vista el objetivo real de hacer deporte, que no es otra cosa que sentirnos mejor con nuestro cuerpo y nuestra mente.
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Por eso, los entrenadores nos proponen una serie de pautas para que la felicidad y el deporte caminen de la mano:
- Disfrutar del deporte. El motivo principal por el que vamos al gimnasio o corremos es porque nos gusta, nos lo pasamos bien y nos sentimos mejor. Si eliminamos de esta ecuación el hecho de que hacer esa actividad nos gusta, se fractura todo lo demás. Algo que no nos gusta no puede hacernos felices, es imposible. Así que si llegamos a un punto donde hacer ese deporte es más un foco de estrés que otra cosa, hay que cambiar de actividad. Por suerte hay infinidad de deportes, miles de clases colectivas, cientos de rutinas en gimnasio. El abanico de posibilidades es infinito. Pero lo más importante es que lo que estemos haciendo nos encante.
- Aprovechar el tiempo. Nuestras agendas son una locura y tenemos muy poco tiempo para nosotros, por lo que cada segundo que dediquemos a hacer deporte debe ser aprovechado. Es un momento del día donde podemos desconectar, romper con todo, evadirnos…¡Qué menos que sacarle todo el jugo!
- Medir el nivel de fatiga. Esto es algo que la mayoría de las veces no hacemos. Elevamos nuestro nivel de fatiga asumible porque estamos rodeados de actividades de alta intensidad, donde tal vez estemos quemando mil calorías, pero quizás eso nos está creando un problema sin darnos cuenta. Volvemos al punto uno: exigirnos por encima de lo que queremos podrá llevarnos a odiar ese deporte en un momento dado. No hay ninguna obligación de terminar la actividad tumbado y mareado, ni de llegar a casa sin fuerzas para meternos en la ducha. El deporte no va de esto, salvo que nos encante esa sensación de agotamiento. Pero por experiencia os decimos que es mejor nivelar nuestro grado de exigencia para ser el doble de felices.
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- Objetivos realistas. Podemos tener diferentes objetivos: correr más, adelgazar, marcar abdominales, pero todos estos objetivos deben ser realistas. Si acabamos de empezar, podemos plantearnos correr unos 10 kms, pero no un maratón. Si nos hemos apuntado al gimnasio hace dos semanas, podemos intentar perder 3 kilos este mes, pero no 15.
- El deporte te ayudará a cambiar tu vida. Todo el mundo quiere cambiar su físico, pero pocos quieren cambiar su vida, y estas dos cosas van unidas. Salir de la zona de confort es difícil, pero las consecuencias siempre son positivas. Modificar nuestra alimentación, hacer deporte, llevar un ritmo de vida más saludable, cuidar los descansos… Son cambios básicos que, en unos meses, hará que nos sintamos 300 veces mejor y que podamos disfrutar de una “nueva vida”.
- Tu rival eres tú. Deja de compararte con los demás, porque cada persona es diferente. Hay físicos estupendos en las piscinas, pero si nuestro cuerpo no es de portada de revista tampoco pasa nada. Si nos ponemos en la cinta y el de al lado va más rápido… ¿qué necesidad tenemos de “picarnos”?
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Pero, además, hay muchos componentes emocionales más que interfieren. Una persona que nota como, poco a poco, su forma física mejora es una persona más segura de sí misma y, en consecuencia, acude al gimnasio más contenta y con más ganas. Por eso, desmotivarse es lo más peligroso. Cuando nos sentimos estancados, el cuerpo nos está mandando señales para que cambiemos de actividad pronto o dejará de gustarle. Así que, cuando lleguemos a este punto, deberemos hablar con nuestro entrenador, darnos un tiempo de relax, cambiar de deporte, cambiar de horario o lo que sea. El cuerpo nos pide pequeños cambios sencillos de realizar, todo esto es mucho más fácil de lo que parece.
Así pues, aprovechemos que el deporte genera endorfinas y que crean en nuestro cuerpo una sensación agradable y positiva. Tenemos que cuidar esta fuente de felicidad y, para ello, será genial que sigas las pautas que os hemos comentado, ya que son tips muy funcionales que abordan todos los perfiles: deporte, sensibilidad, emoción, psicología…Es el 'abc' de la felicidad ligada al 'fitness'. Y recordad: lo más importante de todo esto es que nos siga gustando todo lo que hacemos, porque sólo así seremos realmente felices.
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