Lo normal es que cuando hablamos de cuidar la Tierra, pensemos en verde. Sin embargo, el 71% de la superficie de nuestro planeta es agua. Por lo tanto, para cuidar del planeta hay que cuidar del agua. Es cierto que los vertidos que realizan las grandes empresas son los máximos responsables, pero el tratamiento que hacemos del agua en cada hogar es muy importante, y las consecuencias de nuestra aportación repercutirán en nuestro beneficio y en el de todo el planeta.
El agua es fuente de salud
Según la OMS, el 80% de las enfermedades infecciosas y parasitarias gastrointestinales se deben al uso y consumo de aguas contaminadas. Si tenemos en cuenta que menos de la mitad de la población mundial tiene acceso a agua tratada y desinfectada, vemos que el problema es grave. Además, debemos cuidar el agua que tenemos, porque es un bien escaso, y solo el 3% es agua dulce. Además, necesitamos agua para nuestra higiene diaria (no solo para consumirla) y hemos de procurar que no esté contaminada para no enfermar por usarla a diario.
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Ahorra todo el agua que puedas
Aunque parezca evidente, disminuir el consumo de agua es una de las claves más importantes para disminuir su contaminación. El motivo es que cuanto menos agua se utiliza, menos agua va a parar a los sistemas de tratamiento residuales. Por eso es importante seguir los consejos que ayudan a reducir el consumo de agua en casa: ducha en vez de baño, cerrar el grifo mientras nos lavamos los dientes, poner el lavavajillas y la lavadora con la carga completa, etc.
Cuidado con lo que tiras por el desagüe
Es muy importante que los productos tóxicos que se utilizan en el hogar no acaben en el desagüe, contaminando muchos litros de agua. Es el caso de las pinturas, detergentes y otros productos de limpieza. Como muchos de ellos es inevitable que terminen yendo a parar al agua, intenta, en la medida de lo posible, utilizar productos ecológicos y artículos de limpieza naturales.
Lo mismo ocurre con el aceite de cocina. Piensa que un solo litro de este aceite puede llegar a contaminar hasta 10.000 litros de agua. Guárdalo y llévalo a puntos limpios específicos, donde podrá utilizarse para fabricar jabones, velas, fertilizantes e incluso combustible.
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Y, por supuesto, nada de residuos sólidos como restos de comida, colillas, restos de café, etc. Para evitarlo, además de ser consciente de ello, utiliza las pequeñas rejillas que evitan su paso en lavaplatos, lavamanos y duchas.
Nunca tires basura fuera de casa
Evita por todos los medios, en tus viajes y excursiones, que la basura vaya a parar al mar, a un río, a un lago… Lleva siempre contigo una bolsa que te permita recoger cualquier residuo que puedas generar. No olvides que toda basura que cae al agua termina en nuestros mares. Cuando estés en casa, nunca tires, bajo ningún concepto, basura por el inodoro, especialmente toallitas húmedas, bastoncillos de los oídos o aplicadores de tampones. Estos objetos están invadiendo nuestros océanos y en nuestra mano está que dejen de contaminar nuestras aguas, y la flora y fauna marina que en ellas vive.
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