Por qué perder el tiempo es bueno para la salud

Probablemente al día no te dedicas a perder el tiempo lo suficiente y, sin embargo se ha demostrado que quienes saben cómo no hacer nada pueden ser más creativos, tener más salud y ser más felices

por Cristina Soria

Según las estadísticas de la OCDE los países que más horas dedican al trabajo no son más productivos, sino precisamente lo contrario. Alemania va a la cabeza de la productividad mundial y, sin embargo, sus ciudadanos son los que menos horas al día dedican al trabajo. España, en cambio, está en el puesto 14. Pero el trabajo es solo una parte de nuestra vida. ¿Has calculado cuántas cosas haces desde que te levantas hasta que te acuestas? Probablemente prefieras no saberlo.

Cuando llegas a la edad adulta, hacer muchas cosas durante el día es lo normal. Y si tienes hijos, las cosas por hacer se multiplican. Así, probablemente, cuando sales de casa a primera hora de la mañana, ya has hecho muchas más cosas de las que habrías imaginado que harías cuando en tu infancia soñabas con ser mayor. Porque, además, cada vez tendemos a asumir más responsabilidades y pensamos que el tiempo libre es cosa vagos. 

Vivimos acuciados con ser productivos. Es un círculo vicioso, cuanto más cosas hechas más prosperamos, y más cosas por hacer nos llegan. Cumplir objetivos diarios nos da una sensación positiva, nos sentimos capaces y resolutivos, y las cosas por hacer siguen llegando casi como si fueran piezas de tetris, que hay que encajar al vuelo. Sin embargo, en ese ajetreo constante no hay tiempo para pensar si todo lo que hacemos realmente es necesario, y si tal vez podríamos ser más felices haciendo alguna cosa menos.

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¿Perder el tiempo es cosa de vagos?

No permitimos que el tiempo pase por delante de nosotros sin ser aprovechado. Cuando pensamos en tener tiempo para nosotros realmente lo invertimos en hacer algo con una utilidad y con un horario: ir al gimnasio, hacer yoga o un taller de escritura creativa… 

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Hemos convertido nuestro reloj biológico en el de un animal de costumbres que busca actividades que generen una obligación de asistencia y que tengan un coste. Cuando el tiempo libre de verdad debería ser espontáneo y gratis. ¿Cuándo fue la última vez que tu tiempo libre consistió en no hacer nada planificado?

Aprende a descubrir cuándo tienes tiempo libre, y regálatelo

Cuando llegamos demasiado pronto a una cita, lo común es revisar las cosas por hacer e invertir ese tiempo en algo productivo. Por ejemplo, puedes acabar aprovechando esa media hora en realizar esa llamada telefónica. O leer emails atrasados y tratar de responderlos. Ojear el calendario y revisar qué tienes que hacer mañana, para intentar cambiar una cita… 

Imagina el placer de romper con todo eso, y limitarte a no hacer nada. Absolutamente nada. Si encuentras 30 minutos libres, házte con ellos. Pasea por un parque y mira a la gente. Toma un café y aprecia su sabor. Elige una canción de Spotify, una que hace tiempo que no escuchas y que siempre te ha gustado, y difrútala como si tuvieras 15 años y acabaras de comprarte ese disco. Si encuentras tiempo libre, regálatelo.

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Perder el tiempo sí es útil

Según un estudio de la Universidad de Radboud (Holanda), utilizar dosis de tiempo libre para no hacer absolutamente nada nos ayuda a desconectar, como lo hacen las vacaciones, y generan una sensación positiva de ser auténticos dueños de nuestro tiempo. Según este estudio, el tiempo libre invertido en nada en concreto sirve para recargar nuestras pilas y abrir la concentración para ser mucho más productivos. 

Desconcentrarnos un poco y dejar de estar atentos al timón de nuestra vida, hace que tras ese relax, podamos abordar nuestras obligaciones con un poco más de corazón y mimo, porque hemos sido capaces de reconectar con nosotros mismos. Esto se traduce en ser más creativos, porque generamos espacios a salvo del ajetreo donde pueden surgir las ideas, aquellas que cambian nuestra vida pero que no tienen espacio para aflorar cuando estamos atentos a lo que acabamos de hacer, a lo que tenemos entre manos y a lo que haremos después.

Ayuda a tener una buena salud cardiovascular

Según otro estudio del National Center for Biotecnology de Estados Unidos, disfrutar de vacaciones y de tiempo de relax podría reducir el número de ataques al corazón, porque cuando nuestro cerebro deja de pensar en tareas constantes y el estrés se minimiza, se activa un circuito neuronal (DNM) que regula las funciones cardiacas, por lo que de forma continua puede ayudar a alejarnos del riesgo de sufrir un infarto.

La clave está en no culpabilizarte por disfrutar de tu tiempo, y en ser consciente de que no todos los minutos del día están para ser aprovechados. En este sentido, practicar el mindfulness puede ser un gran aliado, buscando pequeñas ocupaciones esporádicas que te vayan alejando de la “autopista” de la utilidad, y saliendo de vez en cuando por una carretera perdida y solitaria, hacia tu escondite secreto.