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Ya sea a pie, a caballo o sobre una bicicleta, existen diferentes formas de realizar el Camino de Santiago y todas ellas convierten a sus protagonistas en peregrinos. Cada año, miles de personas inician esta ruta por etapas que tiene su fin en la capital gallega. Existen más de 40 vías dentro y fuera de España que llevan a la ciudad y que tienen garantizada la obtención de la Compostela, el certificado que se entrega todos aquellos que concluyen este viaje. Sea cual sea el motivo que les lleva a hacer el camino, todos ellos tienen algo en común ya que se adentran en un medio natural, pasando por aldeas y grandes ciudades, se alojan en albergues y otros establecimientos y generan basura.
Por desgracia, tras el paso de los caminantes, algunas de estas sendas quedan repletas de residuos. Plásticos, papeles y otros restos se acumulan en áreas de reconocidas fauna y flora, siendo su descomposición un proceso muy lento. Frente a ello, una iniciativa de Ecoembes junto a la Xunta de Galicia y el Consorcio para la Gestión de Residuos Sólidos de Asturias (Cogersa) persigue poner fin a este problema. Bajo el nombre de Camino de Reciclaje, este proyecto propone acabar con la 'basuraleza' -desperdicios originados por el ser humano que se abandonan en la naturaleza-. Con el apoyo de los gobiernos regionales de Asturias, La Rioja y Castilla y León, ya se ha conseguido que todos los tramos del camino portugués, del francés y del norte que pasan por estas comunidades autónomas tengan puntos de reciclaje.
Este plan, Camino del reciclaje, se puso en marcha en 2015 y proporciona diversas herramientas sobre la gestión de los desechos, tanto a los peregrinos como a los profesionales que disponen de establecimientos a lo largo del recorrido. En la actualidad, contando con las incorporaciones de este año, son aproximadamente 400 albergues los que se han sumado al programa, algo que se refleja en los más de 900 cubos que les ha suministrado Ecoembes. En las diferentes rutas, estos puntos del mapa ya disponen de información sobre reciclaje para los caminantes. Estos pueden encontrar dos tipos de contenedores allí: el amarillo para los envases, bricks y latas y el azul para cartones y papeles.
Además, cada uno de estos centros cuenta con unas sencillas instrucciones en varios idiomas para dar a entender cómo separar los residuos. Para aquellos que se animen a colaborar hay un 'kit del peregrino', muy útil, que contiene bolsas hechas con materiales reciclados, que sirven de ayuda para transportar la basura de albergue en albergue. Y, por otro lado, los responsables de estos hospedajes reciben todo tipo de recursos para informar a los peregrinos sobre una correcta gestión de los desechos en todo el espacio de su establecimiento. Entre ellas, un felpudo con la inscripción '¡Bienvenido #ecoperegrino a un albergue sostenible!', pegatinas con recomendaciones, un libro de registro con sugerencias y consejos, un diploma y un sello que los califica como 'ecoalbergues'.
Si bien el reparto de estos objetos suele realizarse en los meses de temporada alta, que en este caso comprenden las fechas que van desde junio a octubre, los materiales están siempre presentes en los albergues. La filosofía 'eco' llegó de esta forma a la ruta de peregrinación más popular y antigua de Europa. Camino del reciclaje es una iniciativa que fomenta la responsabilidad y el compromiso de todos los ciudadanos también cuando están fuera de casa y su objetivo es extenderla a otras regiones del la Ruta Jacobea en 2019. Para consultar los centros involucrados en el proyecto y sus datos (teléfono, dirección y plazas disponibles) se puede recurrir a la web de la iniciativa www.caminodelreciclaje.com.
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