Cuando nos planteamos la posibilidad de comer la piel de determinadas frutas y verduras, es muy común que asalte la desconfianza. No en vano, están recubiertas de una cera que les da ese aspecto brillante (y las preserva de la deshidratación) y han sido sometidas a un tratamiento con químicos y pesticidas. Sin embargo, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) asegura que, siempre que lavemos estos alimentos con abundante agua son seguros a la hora de consumirlos.
Cuando tengamos la opción de consumir frutas y verduras cultivadas de manera ecológica, estaremos evitando la posible acumulación de gérmenes y pesticidas. Además, no solo las pieles de las manzanas y las peras son comestibles. Otras como la del kiwi, la naranja o la patata son sorprendentemente beneficiosas.
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La manzana y su efecto saciante
La manzana siempre ha tenido fama de ayudar a tener una buena salud. Y su piel es tan beneficiosa como su interior, entre otros motivos porque es rica en ácido ursólico. Se trata de una sustancia que ayuda a que los músculos crezcan correctamente y a evitar su desgaste. También cuida de nuestra piel y nuestro cabello porque es un activador del colágeno muy efectivo. Además, ayuda a controlar los niveles de colesterol y glucosa en sangre. Otra sustancia presente en su piel es la pectina, un hidrato de carbono complejo que nos da sensación de saciedad y que permite una lenta absorción de los azúcares refinados y grasas.
La pera, perfecta para eliminar toxinas
La piel de la pera es aún más rica en pectina que la de la manzana. Los elevados niveles de esta sustancia en la pera ayudan a disminuir la cantidad de grasa corporal, a la vez que aumentan el nivel de masa muscular. También aporta un efecto saciante y ayuda a prevenir el estreñimiento. Mantiene a raya los niveles altos de colesterol y triglicéridos para que no se eleven, y mejora la intolerancia a la glucosa. Por si esto no fuera poco, es rica en magnesio, un mineral necesario para el buen funcionamiento intestinal. Y también contiene mucha agua, imprescindible para depurar nuestro organismo y eliminar las toxinas que se acumulan en él.
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El kiwi, contra el envejecimiento celular
Su piel tiene un alto contenido en dos variedades de la vitamina E (el alta y delta tocoferol) que son antioxidantes que previenen contra el envejecimiento celular, combaten la anemia y evitan las enfermedades cardiacas. A la hora de consumirla hay que lavarla muy bien para eliminar los pelos que la cubren y así poder comerla entera.
La patata mejora tu estado anímico
Su piel contiene un elevado porcentaje de vitaminas del complejo B y C, y una gran cantidad de minerales como el potasio, magnesio, fósforo, hierro y zinc. También es rica en fibra y. mantiene a raya los niveles de glucosa y colesterol en sangre. Tiene efecto saciante, ayuda a la reparación celular, y regula tu estado de ánimo al segregar serotonina y dopamina. Su piel resulta fácil de consumir porque puedes tomarla cocida, al vapor o al horno.
La berenjena repara el daño celular
Su piel contiene un potente antioxidante llamado nasunina, que ayuda a reparar el daño celular. Además, su cáscara cruda se emplea en fármacos indicados para bajar los niveles de colesterol en sangre. Si quieres tomarla cruda, añadela a tu ensalada. También puedes optar por una receta más tradicional al horno.
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