Las fresas, cerezas o grosellas forman parte de la inmensa familia de los frutos rojos. El nombre de este grupo de alimentos se debe a su característico y potente color, pero lo cierto es que hay alimentos como los arándanos y las moras, tan oscuros, que son casi azules y aún así pertenecen al mismo conjunto de frutos. Cargados de antioxidantes y vitaminas, consumir una ración de frutas del bosque al día puede suponer importantes beneficios para tu salud.
Propiedades antiinflamatorias
La cantidad de antioxidantes como flavonoides que los frutos rojos contienen hacen de ellos un gran antiinflamatorio natural. Esta propiedad ayuda, no solo a reducir dolores e hinchazón de tipo local sino también a calmar molestias de tipo crónico como pueden ser la artrosis o el colon irritable.
Beneficios cardiovasculares
Los frutos rojos, especialmente el arándano, son vasodilatadores lo que beneficia notablemente el sistema circulatorio al disminuir la presión arterial. Además, este tipo de fruta y sus propiedades nutricionales son de gran ayuda a la hora de reducir el colesterol LDL o 'colesterol malo', aumentando así los niveles de colesterol HDL o 'colesterol bueno'. La eliminación del tipo de colesterol perjudicial para la salud de las arterias ayuda a prevenir problemas cardiovasculares y ataques cardiacos
Mejoran la salud de la piel
Una vez más, el poder antioxidante de las frutas del bosque es lo que provoca que se combatan los radicales libres responsables de la degeneración celular y, por tanto, el envejecimiento de la piel. Gracias a los antioxidantes la dermis mantiene mucho mejor la hidratación, además de estar más flexible y tonificada.
Ayudan a cuidar la línea
Todas estas frutas son muy bajas en calorías por lo que se convierten en un snack, postre o merienda de lo más saludable. Además, su riqueza en fibra los convierte en un alimento muy saciante y regula los movimientos intestinales, ayudando incluso a prevenir los gases y el estreñimiento. Los frutos rojos son, asimismo, un desintoxicante natural gracias a sus propiedades diuréticas, que ayudan al cuerpo a eliminar las toxinas.
Además de todo lo mencionado, las propiedades de frutas como fresas, cerezas, grosellas, moras, frambuesas o arándanos tienen beneficios generales para la vista, a causa de su alto contenido en vitamina A; para el tracto urinario, gracias a la protección que los antioxidantes brindan al sistema inmunológico y para la memoria, ya que los flavonoides tienen propiedades neuro protectoras.
Con todo lo mencionado y unido a su amplísima variedad y característico sabor, la inclusión de estas frutas en la dieta se convierte en algo casi obligatorio. Más allá de los socorridos bowl de cerezas o arándanos, existe una amplísima variedad de recetas con las que puedes incluir fresas, frambuesas o cualquier otro fruto del bosque en platos tan diferentes como gazpachos, hojaldres o ensaladas.