Tienes muy buenas razones para hacer la cama

Sabemos que da pereza, pero no solo no hay excusa para no hacer la cama por las mañanas, sino que tienes muy buenas razones para hacerla a diario.

por Cristina Soria

Es lógico que te levantes con el tiempo justo para salir por la puerta cada mañana, y te resulte más cómodo dejar la cama tal y como está cuando te levantas. Pero lo cierto es que hacer la cama cada mañana no te lleva más de dos minutos, y la recompensa es mayor de lo que te esperas. Las que te ofrecemos a continuación, son unas buenas razones para estirar tus sábanas como se merecen todos los días.

Una buena forma de empezar el día

Hacer la cama al levantarte no es un acto carente de importancia, sino que es el primer logro que realizas y el que marca el tono de tu día. A este logro le seguirán muchos más, porque, aunque suene exagerado, te sentirás satisfecha y motivada para seguir haciendo cosas. Y es que hacer la cama es, para muchos, la primera de las buenas decisiones del día.

Según cuenta el escritor Charles Duhigg en su libro El poder de los hábitos, las personas que hacen la cama cada mañana son más productivas, tienen una mayor sensación de bienestar y son más hábiles a la hora de ajustarse a un presupuesto.

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Ayuda a que tu casa esté más ordenada

Dejar la cama sin hacer no ayuda a que mantengas en orden el resto de la habitación (y puede que el resto de la casa). En cambio, hacer la cama te anima a que todo lo demás quede recogido, ya sea ropa, libros, o cualquier cosa que tengas en tu habitación. Además, ver la cama hecha cada día te inspira para que tu habitación resulte lo más acogedora y limpia posible.

Reduce tu estrés y mejora el sueño

El tiempo que pasamos en el dormitorio es muy importante ya que supone un tercio del día. Por eso su apariencia influye de manera directa en tu estado de ánimo. Si todo a tu alrededor es desorden, es difícil que te puedas sentir tranquila y relajada.En cambio, si la cama está bien hecha toda la habitación se ve mejor e, inconscientemente, tú también te sientes mejor.

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Según un estudio realizado por la Fundación Nacional del Sueño, existe una correlación entre hacer la cama y dormir mejor. Es posible que el cerebro reconozca una cama hecha como una invitación a dormir.

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Aumenta tu disciplina

La autodisciplina se desarrolla superando la resistencia mental y física. Cuando tu nivel de disciplina está de capa caída, lo último que quieres hacer, antes de afrontar un nuevo día, es la cama. Pero si la haces, estarás ayudando a que tu disciplina vuelva a su estado óptimo porque, mientras que tu cerebro y tu cuerpo se resisten a realizar ese esfuerzo, tú les controlas enfocándote en un poderoso objetivo: dejar tu cama hecha a primera hora del día.

Adiós a los ácaros

Los ácaros encuentran uno de sus mayores caldos de cultivo en las camas, donde se  quedan haciendo la vida imposible a las personas que padecen asma y alergia. Ventila cada día tu habitación durante unos minutos, sacude las sábanas, y deja la cama bien hecha para evitar que se aposenten en tu cama y te generen molestias al dormir.

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