Verduras que puedes plantar en tu propia casa

Si te animas a cultivar tu propias verduras en casa, hay algunas con las que la cosa resulta más sencilla de lo que crees.

Por Cristina Soria

Si quieres seguir una alimentación saludable y tener más a mano que nunca frutas y verduras, estás de enhorabuena. Para hacer crecer en tu casa los siguientes alimentos, no necesitas mucho espacio: solo lo que ocupa una maceta y una ventana amplia (a falta de terraza o balcón) que deje entrar la luz, o un huerto doméstico inteligente.

La lechuga romana

Si te gustan las ensaladas verdes, podrás disfrutar de una lechuga fresca cultivada por ti misma. El procedimiento no puede ser más sencillo: cuando te comas una lechuga, reserva el tallo y plántalo sobre la tierra en una maceta. Luego ponla en la ventana para que le dé la luz del sol y riégala con agua. En unos días verás cómo crece una nueva lechuga del centro del tallo. 

La cebolla

Solo necesitas para el cultivo las raíces que deshechas de la cebolla. No necesitas todas las raíces, basta con un par de centímetros para poder cultivar. Primero has de colocar la raíz en un recipiente con agua y ponerlo al sol. Aunque no necesitan luz directa, sí estar en un espacio iluminado para crecer con rapidez.

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Cambia el agua antes de que se evapore y, cuando el bulbo haya crecido lo suficiente ponlo en una maceta con tierra. Riégala con frecuencia y espera a que la parte superior adquiera un color dorado para sacarla y comerla.

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Apio 

Cuando uses un apio reserva la base de la planta y métela en un recipiente con agua que la cubra por la mitad. Al cabo de diez días verás que ya está saliendo la planta y la podrás trasplantar a una maceta con tierra, quitando las hojas más externas. Riégala como harías con cualquier otra planta y, con un poco de paciencia, tendrás tus propios apios.

Albahaca

Si tienes hojas de albahaca en casa, el procedimiento para regenerarla es de lo más sencillo. Pon las hojas con su tallo en un vaso con agua (cuanto más frescas mejor). Cambia este agua cada dos días y, en el plazo de una semana tus tallos habrán echado un buen puñado de raíces y podrás plantarlas en tierra para que crezcan más.

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Hojas de zanahoria

¿Sabías que son comestibles, ricas en proteínas y minerales, y están cargadas de vitaminas C y K? Puedes utilizarlas en ensaladas, batidos verdes, salteada en la sartén o como infusión. Pero, lo mejor de todo, es que puedes obtenerla en casa sin ningún esfuerzo.

Corta unos 5 cm de zanahoria por la parte de las hojas y sumérgelas en agua por la mitad. Ponlas cerca de una ventana con luz y en un par de semanas, como mucho, florecerán las hojas verdes.

Brotes de ajos

Seguramente te has encontrado alguna vez en tu despensa una cabeza de ajos que ha empezado a brotar. Estos brotes contienen nutrientes que no se encuentran en el ajo que consumimos normalmente, y puedes comerlos crudos, sin ningún tipo de preparación. Cuando vuelvas a encontrarte con un ajo con brote, mete el diente en un vaso con agua para cubrir la parte inferior. Pon el vaso cerca de la ventana y verás crecer más tallos.

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