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El hábito de tomar pequeñas cantidades de comida fuera de hora puede deberse a numerosos motivos: el aburrimiento, reuniones con amigos, ansiedad, una dieta pobre en nutrientes… Cuando estamos tratando de perder peso y de seguir una alimentación saludable, el picoteo puede suponer un problema, especialmente si nos decantamos por alimentos ricos en sal, grasas, azúcares. Aquí te ofrecemos una serie de consejos que te ayudarán a controlar el picoteo.
Come, y hazlo con frecuencia
Si pretendes controlar tu peso comiendo poco, comprobarás que lo más seguro es que sientas hambre antes de lo deseado y acabes picoteando cualquier cosa que te pongan delante. Lo importante no es comer poco, sino de forma ligera, pero asegurándote una comida completa en el almuerzo y la cena. Es decir, haz comidas que incluyan, al menos, proteínas, pescado azul o carne magra, y fibra procedente de vegetales. Y no pases mucho tiempo sin comer: hazlo cada 3 horas y nunca estés más de cinco sin ingerir nada.
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No te aburras
Nos ha pasado a todos: más de una vez hemos terminado comiendo por aburrimiento. Y es que cuando no sabes qué hacer, o sientes algún tipo de ansiedad, a menudo nos entran ganas de comer. Así que, si lo tuyo es comer por falta de una ocupación, ya sabes: búscate una. Y las opciones son más de las que crees: date un baño de burbujas, medita, lee un libro, haz ejercicio, riega las plantas, llama a una persona con la que hace tiempo que no hablas… Ocupa tu mente y desaparecerá la necesidad de picotear.
Mantente bien hidratada
Además de la importancia que tiene para nuestra salud mantener una buena hidratación durante todo el día, la falta de agua puede provocarnos sensación de hambre. Es la forma que tiene nuestro organismo de avisarnos de que necesita hidratarse. Por eso, antes de entregarte al picoteo, bebe un buen vaso de agua y espera unos minutos. Puede que desaparezcan las ganas de comer o, al menos, disminuyan. Además de agua, puedes tomar distintas infusiones a lo largo del día.
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Cepíllate los dientes
Si te lavas los dientes después de cada comida, sentirás el frescor y la limpieza en tu boca y tendrás menos ganas de volver a comer de manera inmediata. Tus papilas gustativas estarán encantadas con el sabor que deja la pasta dentrífica y querrán conservarlo el máximo de tiempo posible.
Si te concedes un capricho, elige bien
Cuando te prohibes algo todo el tiempo acabas por sentir estrés. La mejor opción es buscar alternativas saludables que te cuiden y evitar que sufras ansiedad. Prueba a tomar chips de frutas y verduras, en lugar de una bolsa de patatas fritas. Si no puedes vivir sin chocolate, prueba la algarroba: es muy parecida en color y sabor, pero no añade grasa y tiene gran cantidad de fibra saciante. La bollería, aunque sea pequeña, ha de desaparecer de tus opciones. En su lugar, puedes tomar un yogur con frutas o un huevo duro.
Cambia los excitantes, por alimentos calmantes
Sustituye el café y el té por infusiones digestivas. Estar demasiado activa puede provocarte ansiedad y, como consecuencia, puedes tener más ganas de comer entre horas.
Además, introduce en tu menú alimentos calmantes, por su efecto saciante, como la avena, que te ayudarán a mantener el equilibrio de tu sistema nervioso.
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