Vídeo de meditación para calmar el estrés y la ansiedad

Tensión muscular, insomnio, irritabilidad… ¿Te suena? Son algunas consecuencias que pueden tener el estrés y la ansiedad en nuestro cuerpo si no le ponemos remedio a tiempo. Pero, ¿cómo conseguir tomarnos la vida con más calma antes de que nuestro estilo de vida acabe por acarrearnos un trastorno mayor? Según los expertos, una buena manera es recurrir a las técnicas de meditación y atención plena. Hablamos de mindfulness, una herramienta que nos ayuda a observar nuestras emociones, sensaciones y sentimientos, recobrar fuerzas y abordar de un modo diferente el estrés del día a día.

“En general, la ansiedad es un estado mental de preocupación o inquietud excesiva frente a ciertas circunstancias. Cuando los niveles de ansiedad aumentan y la anticipación de eventos futuros negativos se apodera de nosotros, básicamente se desencadena una tormenta eléctrica en nuestro interior. Para sobrellevar estas situaciones de ansiedad, el mindfulness nos va a ayudar a hacernos conscientes de lo que está ocurriendo, parar, respirar de forma controlada y observar qué ocurre. De esta forma, podemos empezar a mirar las reacciones de la ansiedad en nuestro cuerpo y mente desde fuera, notando cómo surgen y cómo se van. Mientras nosotros, al meditar, nos mantenernos en el centro, en el momento presente, el que estamos viviendo”, explica Cándida Vivalda, profesora certificada de yoga y mindfulness, y una de las creadoras de la app de meditación Bambú.

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Los 5 hábitos (comprobados) que reducen la ansiedad

Además, no debemos descuidar algunos buenos hábitos que, junto con la meditación, nos ayudarán a enfrentar el estrés mantenido en el tiempo.

Duerme al menos 8 horas diarias. El desarrollo personal y el descanso son dos grandes aliados para gestionar y evitar picos de estrés demasiado elevados.

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Practica algún ejercicio que te ayude a reducir el estrés. En general, los que más van a ayudarnos son la respiración consciente, la meditación, el Chi Kung, el Yoga y otras actividades que fomenten la creatividad (como colorear mandalas).
Trabaja tu autoestima. La autoestima y el estrés están estrechamente conectados: cuando se tiene mucho estrés, la autoestima baja. Por eso, debemos trabajar y mejorar la confianza en nosotros mismos, saber que no podemos llegar a todo, que, a veces, es necesario decir ‘no’. En definitiva, cultivar el bienestar y reforzar nuestras capacidades.

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Vive en contacto con la naturaleza. El Trastorno por déficit de naturaleza (TDN) existe, fue acuñado por el periodista Richard Louv, autor del best-seller El último niño en los bosques; y tiene que ver con las consecuencias generadas por la falta de exposición a espacios verdes, sobre todo en las ciudades: problemas de desórdenes de atención y depresión, hiperactividad, ansiedad, estrés, irritabilidad, peores resultados académicos, reducción de la creatividad y la productividad… Así que, siempre que puedas, escápate al campo o, en su defecto, busca cualquier parque que tengas cerca para darte un reparador baño de bosque.
Adopta una dieta saludable. La alimentación también va ayudarnos a regular el estrés y las emociones. De hecho, el estrés y la ansiedad están estrechamente vinculados con el déficit de un mineral, el magnesio. Así, no deben faltar en nuestra dieta alimentos con alto contenido en magnesio como son los vegetales de hoja verde (espinacas, frutos secos, como las almendras, las pipas de girasol y los anacardos; y las legumbres, como los garbanzos y las lentejas). Además, también son ricos en este mineral los cereales integrales, la soja, el edamame y el aguacate.

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Y recuerda que, cada vez que experimentes ansiedad, la meditación te ayudará poco a poco a sentirte más calmado y a anclar tu atención al momento presente. ¡Esperamos que disfrutes de nuestro vídeo siempre que quieras!