Los riesgos de un parto prematuro como el de Irene Montero
Existen riesgos para los grandes prematuros, aquellos que nacen con menos de 28 semanas. Sin embargo, los avances tecnológicos y de los protocolos de cuidado han hecho posible que la evolución de estos bebés sea buena.
Hoy hemos sabido que la política española Irene Montero (pareja de Pablo Iglesias), embarazada de mellizos, ha tenido un parto prematuro. En vez de dar a luz cuando se esperaba, a finales del mes de septiembre u octubre, su parto se ha adelantado en tres meses. ¿Qué complicaciones tienen los bebés que nacen por debajo de las 28 semanas? Hablamos con varios expertos para que nos lo expliquen.
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¿Cuándo es prematuro?
El control del embarazo cada vez es mayor. Y si se trata de uno gemelar, los protocolos para asegurar la buena evolución del embarazo se extreman. Sin embargo, no existe el riesgo cero y las complicaciones pueden aparecer. Una de ellas es el parto prematuro, que ocurre en tres de cada cuatro casos si el embarazo es múltiple.
La duración normal de un embarazo es de 40 semanas. Si la madre da a luz por debajo de la semana 37, ya se considera un parto prematuro. “Pero hay muchos grados de prematuridad y los problemas asociados varían según la semana en la que se ha dado a luz”, explica el doctor Pedro Jiménez, neonatólogo del Hospital Virgen de la Macarena, en Sevilla, y colaborador del programa Neostart, una iniciativa cuyo objetivo es atender las necesidades de los bebés prematuros y sus familias,. Por ejemplo, si se trata de prematuros tardíos, como los que nacen con 34 o 36 semanas, los pacientes son delicados, y necesitarán más cuidados durante los primeros días, pero la evolución es muy favorable.
Si el parto se ha dado por debajo de las 28 semanas, como el de Irene Montero, la prematuridad es extrema y se consideran bebés inmaduros que necesitarán asistencia médica en la unidad de cuidados intensivos del hospital. Esto se debe a que algunos de los órganos de los bebés no están maduros y no pueden realizar su función sin asistencia médica.
"El nacimiento de un prematuro de 26 semanas, por ejemplo, tiene dos implicaciones directas a tener en cuenta. Por una parte, el niño nace con todos sus órganos inmaduros y por lo tanto no preparados para vivir fuera del útero. Mediante tecnología y tratamientos altamente especializados podemos conseguir que esos órganos realicen su función. Nuestro objetivo es realizarlo “forzando” lo mínimo posible para no dañar esos pulmones, hígado, riñones, etc", explica el doctor Héctor Boix, del Hospital Vall d'Hebrón, en Barcelona.
Por ejemplo, el sistema respiratorio y neurológico se desarrollan en las últimas fases del embarazo, los pulmones no están capacitados para respirar por sí solos y los pequeños necesitarán una reanimación cardiopulmonar (RCP) y respiración asistida. El doctor Jiménez recuerda, sin embargo que "gracias a estos avances en medicina, tecnología y a la mejora de los protocolos, que han sufrido un cambio radical en estos últimos diez años, la evolución de estos bebés también puede ser buena", indica el especialista.
Según los últimos datos publicados de partos prematuros por el Instituto Nacional de Estadística, los casos de prematuridad extrema en 2015 se dieron en 1.015 partos de 420.290. "Los datos que manejamos estos últimos años son parecidos. Pero sí tenemos que tener en cuenta que cuanto mayor es la madre, el riesgo de un parto prematuro también aumenta", advierte el especialista.
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Primeras horas, las más delicadas
“Las primeras horas, así como las dos primeras semanas son cruciales para el pronóstico de los grandes prematuros”, indica Jiménez. Si no hay hemorragias ni complicaciones derivadas de los tratamientos que se les administra para ayudarles a respirar, la probabilidad de que se desarrollen sin secuelas es mayor. “Pero depende de los cuidados que reciba el bebé por parte del médico y todo el equipo sanitario que le atienda”, recuerda.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que estos pequeños puede estar hospitalizados hasta 100 días. Por lo que hay que garantizar su bienestar. De hecho, una de las precoupaciones del personal sanitario es procurar que no sufran ni sientan dolor ni molestias mientras están en la hospitalizados. “Antes casi no se pensaba en que podían sentir dolor. Ahora, en cambio, se intenta alterarles mínimamente, por ejemplo, simulando al máximo las condiciones en las que se desarrollaban en el vientre materno, mitigando los sonidos para que no escuchen ruidos fuertes, controlando la temperatura, la luz, y evitando al máximo el dolor, todo ello encaminado a reducir el trauma", comenta el doctor Jiménez.
De hecho, "hace algunas décadas, los avances tecnológicos fueron rodeando al niño de aparatos cada vez más complejos y separándolo de su madre. Los cuidados neonatales actuales requieren de un acceso ilimitado y una participación activa de los padres en el cuidado de sus hijos, combinando familia y tecnología", agrega el doctor Boix.
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Complicaciones más habituales
Las complicaciones más habituales en los prematuros extremos (un prematuro de menos de 32 semanas de gestación es un gran prematuro y de menos de 28 semanas un prematuro extremo) incluyen, según explica el doctor Héctor Boix:
Problemas respiratorios: los obstetras administran corticoides a la madre para estimular la maduración pulmonar antes del nacimiento. Los neonatólogos administran surfactante al poco tiempo de nacer, así como distintas formas de asistencia respiratoria según las necesidades individuales del niño.
Problemas digestivos: el intestino no está preparado para tolerar la alimentación y debemos introducir el alimento con incrementos diarios de pequeñas cantidades para que sea bien tolerado. La leche materna es extraordinariamente valiosa y necesaria para estos niños, ya que no solo tiene todos los beneficios que pueda otorgar a un recién nacido a término, sino que además favorece la maduración del intestino y es el mejor nutriente para el resto de órganos en desarrollo. Es por eso que todos los hospitales que atienden prematuros extremos deben disponer de un banco de leche materna donde la leche de donantes es pasteurizada y almacenada para su uso.
Problemas infecciosos: estos niños requieren catéteres, sondas y otros dispositivos invasivos que, unido a que el sistema inmune también está inmaduro, hace que sean particularmente vulnerables a sufrir infecciones. Las medidas de higiene y los programas de prevención de infecciones son extremados y exhaustivos en todas las Unidades de Intensivos Neonatales.
Problemas neurológicos: el cerebro no solo es inmaduro y vulnerable, sino que además va a crecer sometido a unos estímulos radicalmente distintos a los estímulos que hubiera tenido en el útero. Es por ello, que en la búsqueda de minimizar todos aquellos estímulos nocivos e incrementar los beneficiosos, en las unidades más avanzadas se implementan los cuidados centrados en el desarrollo y la familia. Esto consiste en adecuar los cuidados al estado del neurodesarrollo individual en el que se encuentre cada niño. De modo que a un prematuro extremo se intentará reducir estímulos nocivos como el ruido, la luz, etc. y se tratará de potenciar los beneficiosos como son el contacto piel con piel, el cuidado canguro y el vínculo con su madre y su familia. Por ejemplo, para poder optimizar el vínculo del niño con su familia y por lo tanto su neurodesarrollo, el Hospital Vall d’Hebron ha lanzado una campaña (www.contigocomoencasa.com) con el objetivo de crear un Centro de Neonatología Avanzada donde dispondremos de habitaciones familiares que facilitarán nuestro desempeño.
Causas del parto prematuro
Pero ¿por qué se adelanta el parto? “Esta es la gran pregunta”, señala el neonatólogo. “Se sospecha que algunas complicaciones en el embarazo como la rotura de la bolsa y la pérdida de líquido amniótico, infecciones en el útero o transfusiones de sangre entre fetos en embarazos gemelares pueden estar detrás de este problema. Sin embargo, no sabemos cuándo puede ocurrir y eso es, precisamente, lo dramático, el no poder prever que se adelante pese a los controles que se realizan. En algunas ocasiones, sí se puede parar la amenaza y se puede continuar con la gestación. Otras, es inviable y no hay más remedio que dar a luz”, indica el doctor Javier Jiménez.
Otro punto a destacar es el apoyo emocional que deben recibir las familias de bebés prematuros. "Es fundamental que el equipo sanitario y el entorno les dé cariño. Es una etapa en la vida en la que aparecen muchos miedos, inseguridades, sentimientos de culpa, etc y es importante que se les ayude", recuerda. El experto recomienda que estas familias acudan a grupos con otros padres, ya que ver la evolución de otros niños prematuros les dará la fuerza que necesitan para vivir los dos primeros años de vida del bebé, que tendrá que someterse a numerosas revisiones. "Pasados los dos años, estas se reducen drásticamente", explica.
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