El pan es uno de los componentes más básicos de nuestra dieta, y lleva formando parte de ella desde la Antigüedad. Hay constancia de que hace 12.000 años ya se hacía pan ácimo (mezcla de harina y agua -sin levadura-). En la actualidad, el hecho de que sea una fuente de hidratos de carbono lo ha convertido en algo demonizado, pero lo cierto es que hay muchas cosas de este alimento que o bien no se conocen o bien no se cuentan con la veracidad que corresponde.
Engorda
Que engorda es una de las principales sombras que ronda sobre este alimento, dejándolo cada vez más desplazado en las dietas, sobre todo en las que se hacen para adelgazar. Lo que no se tiene en cuenta cuando se hace esta observación es, no solo que la afirmación es errónea, sino que el pan es uno de los puntos básicos dentro de la pirámide de alimentación saludable considerada por la Organización Mundial de la Salud. Precisamente, la OMS recomienda un consumo de entre 200 y 250 g al día, apoyándose en el alto valor de carbohidratos que aporta a nuestro organismo y a la mínima cantidad de grasa que contiene.
Una barra de pan no son calorías vacías, sino que proporcionará -además de los hidratos- minerales y proteínas de origen vegetal por lo que su consumo está justificado y es beneficioso. Lo que hay que controlar es con qué se ingiere, ya que un bocadillo de productos muy grasos como el ‘bacon’ o el paté perderá el componente saludable que el producto tiene por sí solo.
La corteza es más sana que la miga
Una vez más se prioriza el mito sobre lo que supuestamente engorda para crear una idea incorrecta sobre su consumo. Existen corrientes que distinguen entre la miga y la corteza para hablar de qué parte del pan es mejor, relegando la miga a un segundo plano por considerar que tiene más calorías. Lo cierto es que, aunque tanto la corteza como la miga contienen los mismos ingredientes, en el caso de hablar solo de calorías sería la parte externa la que se llevaría la peor parte.Al estar mucho más cocida que la miga, la deshidratación provoca una mayor concentración de nutrientes. Esto significa que, en igualdad de peso, la corteza tiene más calorías que la miga.
El pan integral tiene menos calorías
Esta afirmación es incorrecta. Tanto el blanco y el integral aportan las mismas calorías y la diferencia entre ambos reside en el alto contenido en fibra del segundo tipo. El hecho de que la fibra facilite el tránsito intestinal hace que este tipo de pan sea más fácil de digerir, pero no por ello significa que su valor calórico sea menor y que, por tanto, engorde menos.