Psicología: Cosas que puedes hacer cuando estás triste

Es inevitable sentirnos tristes en determinados momentos de la vida. Pero cuando la tristeza dura demasiado puede hacernos perder la energía vital y las ganas de disfrutar de las cosas buenas que nos rodean.

por Cristina Soria

No todos los días van a ser un buen día, es cierto. Y sentirse triste en algún momento es lo más normal del mundo. La vida nos enfrenta a muchas situaciones difíciles y complicadas que nos pueden afectar. El problema viene cuando no logramos recuperar la alegría y empezamos a ver solo los aspectos negativos de la vida. Por suerte, podemos cambiar las cosas si hacemos un pequeño esfuerzo para mejorar nuestro estado de ánimo, y encontramos actividades y actitudes que nos ayuden a pasar el bache.

Practica la meditación

La meditación es uno de los mejores caminos que podemos elegir para disminuir las preocupaciones y el estrés, No se trata de una solución inmediata, porque aprender a meditar requiere algo de tiempo, pero cada día que medites te habrás concedido un espacio de tiempo para restaurar tu interior. Una vez que hayas aprendido a concentrarte sin apenas esfuerzo verás que ha merecido la pena. La meditación es una de las formas que tenemos para entrenar la mente y aprender a controlar nuestros pensamientos en cualquier momento de la vida.

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Escucha música alegre

La música es capaz de transformar estados de ánimo y, por lo tanto, de elevar nuestra energía aunque la tengamos por los suelos. Esto se debe a que la música puede alterar nuestro cerebro e influir en el sistema nervioso, modificando nuestros sentimientos y emociones de forma positiva. Anímate a escuchar esas canciones que sabes que son capaces de generar en ti bienestar y buenos ánimos, ya sea por la melodía o por la letra. Tu cerebro las reconocerá y te sentirás mejor.

Habla con otras personas

Para sentirnos felices necesitamos el contacto social y sentirnos apoyados por las personas de nuestro entorno. Habla con alguien que sea de tu confianza, un familiar o un amigo. Te sentirás comprendida al ver que alguien se preocupa por ti, y el dolor que sientes se reducirá. Al hablar, los pensamientos cobran forma y es más difícil que se magnifiquen o deformen en nuestra cabeza. Podrás recibir consejos, escuchar otras perspectivas y, lo más importante, sentirte escuchada por alguien que te apoya.

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Vuelve a escribir un diario

Puede parecerte extraño, pero anotar aquello que piensas y sientes, aunque sea de manera breve, te será de gran ayuda para organizar tus ideas y reflexionar sobre ellas. Cuando escribes le pones nombre a las cosas que te hacen sentir mal, que te resultan un obstáculo. Escribir sobre ello te dará fuerzas para afrontarlo y disminuirá tu nivel de estrés. Además, no tienes que esforzarte para que quede “bonito”: lo importante es que puedas ser sincera contigo misma, porque todo lo escribas ha de ser privado y no tienes que compartirlo con nadie

Entra en contacto con la naturaleza

A veces pasar demasiado tiempo en casa o tener rutinas que no nos permiten cambiar de aires puede causarnos tristeza. Una escapada a la naturaleza, por breve que sea, te hará aparcar tus malos pensamientos para disfrutar de la belleza que tienes antes ti. Los entornos naturales aportan serenidad y armonía, y tienen la capacidad de aliviar la tristeza y de reportarnos numerosos beneficios para nuestra salud física y emocional.

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Busca distracciones

A veces, la sensación de tristeza nos impide pensar en otra cosa, pero ahondar en ella no nos resulta nada beneficioso porque  podrían intensificarse nuestros sentimientos y pensamientos negativos. Busca ocupaciones que te resulten agradables para intentar pensar en otras cosas y reducir el estrés que sientes. Ve al cine, haz deporte…  puede que tu tristeza desaparezca en cuanto cambies el foco de tu mirada. O no, pero sin duda será un alivio para ti haber descansado, aunque sea por un rato, de los sentimientos negativos.

A pesar de todo, sonríe

Al sonreír el cerebro libera endorfinas, responsables de bajar nuestros niveles de estrés y hacernos sentir felices. Además, los pulmones se expanden y respiras mejor; y nuestros músculos se estiran y relajan. Sonríe y atraerás a la gente en lugar de apartarla, porque una persona sonriente genera buenas vibraciones en sí mismo y en los demás. Es posible que te cueste un poco al principio, pero siempre puedes empezar por recordar algún momento del pasado que, inevitablemente, dibuje una sonrisa en tu rostro.