La tecnología ha evolucionado a un ritmo vertiginoso en los últimos años y cada vez está más presente en nuestras vidas. ¿Quién no ha recurrido a su smartphone para contar los pasos, intentar adelgazar o comer mejor? Y es que hoy es posible contar con gadgets y apps aplicadas a la salud que facilitan nuestro día a día, cuidan nuestra salud y ayudan a prevenir enfermedades. Es el caso de los wearables que permiten un mayor control del ejercicio físico, que cuentan con planes de entrenamiento o las pulseras que miden la radiación solar y que pueden ser de utilidad para reducir el riesgo de melanoma.
También están los wearables para diabéticos, como los medidores continuos de glucosa, un gran avance en el control de la diabetes y el bienestar de los pacientes, que podrían olvidarse de los dolorosos pinchazos. Aunque por el momento cuentan con algunas limitaciones, cada vez son más precisos y con una fiabilidad cercana a los glucómetros tradicionales.
Es el caso del sistema FreeStyleLibre, de Abbott, que consta de un sensor pequeño y redondo, que se lleva en la parte posterior del brazo y mide la glucosa en el líquido intersticial a través de un pequeño filamento que se inserta justo bajo la piel y se fija con un pequeño parche adhesivo. Al escanear el lector sobre el sensor, en menos de un segundo, se obtiene rápidamente un resultado de glucosa. El lector almacena datos de hasta 90 días, con lo que ofrece una instantánea completa de los niveles de glucosa a lo largo del tiempo. Los pacientes diabéticos también cuentan con iHealth Gluco+, otro lector glucémico conectado capaz de medir el nivel de azúcar en sangre a través de un dispositivo móvil. De este modo, el paciente diabético puede llevar un seguimiento de sus niveles glucémicos desde su móvil y compartirlos, a su vez, con su médico.
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Aumentar la posibilidad de embarazo
Las apps enfocadas a la salud reproductiva de la mujer también han disfrutado de un gran auge. Mientras que algunas sirven para llevar un control de los días en los que ha tenido la menstruación, otras van más allá e indican a las mujeres que las usan cuáles son sus días fértiles. De este modo, pueden planificar sus relaciones durante esas fechas para aumentar la probabilidad de conseguir el embarazo.
Es el caso de AVA, una pulsera capaz de detectar los días más fértiles de la mujer. Este wearable mide, mientras la usuaria duerme, nueve parámetros relacionados con las variaciones del cuerpo de la mujer a lo largo del ciclo menstrual. A la mañana siguiente, solo tiene que sincronizar la pulsera con la app de Ava para volcar los datos y saber si ese mismo día es de alta o baja fertilidad.
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Para personas con dificultad de visión
Los dispositivos para personas con dificultad de visión también han supuesto una revolución. Y hoy podemos contar con aparatos que se convierten en nuestros ojos informándonos, de forma discreta, de aquello que capta la tecnología en tiempo real. Es el caso de las gafas de reconocimiento visual como Orcam MyEye 2.0, un dispositivo wearable de lectura y reconocimiento visual que permite oír lo que no se puede ver. Es especialmente útil para personas que padecen algún tipo de discapacidad visual y también para individuos con dislexia.
Su tecnología asistida es inalámbrica, muy ligera y compacta –del tamaño de un dedo– y lee discretamente todo tipo de textos impresos o digitales en voz alta, desde cualquier superficie y en tiempo real, ya sean periódicos, libros, menús en el restaurante, señales, etiquetas de productos o pantallas de móvil y ordenador. Además, cuenta con reconocimiento instantáneo de rostros y la identificación de productos de consumo, colores y el valor de los billetes lo que proporciona una mayor independencia. Se monta magnéticamente en la montura de las gafas del usuario y pesa 22,5 gramos. Es la única tecnología de visión artificial wearable que se activa mediante un sencillo gesto intuitivo de apuntar con el dedo o simplemente siguiendo la mirada del usuario, lo que permite su uso con las manos libres y sin necesidad de un smartphone o Wi-Fi.
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Realidad virtual para fobias
Otro campo que se ha beneficiado de los avances en tecnología aplicada a la salud es la psicología, que se sirve de la realidad virtual para conseguir la relajación y tratar el dolor en los pacientes. Las fobias también son susceptibles de abordarse con realidad virtual, ya que se afrontan desde la seguridad de un entorno conocido.
Esta forma de terapia, que consiste en la exposición a situaciones de manera virtual, mediante gafas especiales, permite que los pacientes experimenten, sintiéndose seguros, distintas situaciones problemáticas. “Es una manera de enfrentarse a las situaciones que tendríamos en la vida real de una manera controlada”, aclaran expertos de Isthar Psicólogos, en Madrid.
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