El consumo del ajo (Allium Sativum) se ha relacionado desde la antigüedad con la prevención y protección frente a muchas enfermedades. Desde China, Egipto, la India, Roma, Grecia… Las medicinas milenarias de todo el mundo lo han empleado siempre como remedio natural por tratarse de un alimento muy rico en fitoquímicos y nutrientes.
Y es que, a día de hoy, existen suficientes evidencias científicas que nos hablan de sus propiedades antioxidantes, cardioprotectoras, hipotensoras, inmunoestimulantes y antivíricas, que nos protegen también a nivel hepático y renal, pulmonar y frente enfermedades inflamatorio degenerativas.
Especialmente en el ajo negro, además, se concentran y multiplican los nutrientes del ajo fresco; por lo que sus efectos saludables son mayores. “Entre otras cosas, al no contener aliiina ni alicina, elimina la regurgitación y la irritación gástrica que puede provocar su consumo en crudo. Esto se debe a un proceso natural de cocción y maduración controlado en tiempo y temperatura, y en el que se elimina el olor y modifica su sabor. Se denomina ‘fermentación enzimática’, al no intervenir microorganismos en el proceso de envejecimiento. Además, los estudios también indican que su consumo como concentrado líquido potencia sus principios activos y aumenta su biodisponibilidad”, explican desde Ondalium, empresa española que ha sido pionera en comercializar el primer extracto fluido de ajo negro.
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¿Cuáles son las propiedades del ajo negro?
Algunos de sus beneficios más destacados son:
- Cóctel antioxidante. El ajo negro contiene cantidades significativas de oligoelementos esenciales como el selenio, el zinc, el magnesio y el cobre, imprescindibles para enfrentar el estrés celular oxidativo por contaminación, radiación y por los oxidantes metabólicos que intervienen en el envejecimiento celular, así como todas las enfermedades degenerativas. Su efecto antienvejecimiento es debido, además, a que promueve la producción de colágeno y por su riqueza en polifenoles antioxidantes.
- Protector frente a enfermedades cardiovasculares. El ajo desinflama las paredes arteriales, relaja los vasos, limpia la sangre, la hace más fluida, regula los lípidos, la hipertensión sistólica y favorece la eliminación de edemas. Por tanto, es un fantástico protector frente al infarto cardiaco, isquemias, arterioesclerosis…
- Restaura el equilibrio intestinal. Útil en disbiosis bacterina, insuficiencia digestiva, meteorismo por fermentación, hipermeabilidad intestinal, candidiasis intestinal, estreñimiento, gastroenteritis, gastritis (al contrario que el ajo crudo).
- Mejora el rendimiento físico e intelectual. Muy útil en deportistas de alto rendimiento, especialmente de alta montaña, por favorecer el riego cerebro vascular mejorando las funciones cerebro-cognitivas. También por su capacidad para el aprovechamiento del oxígeno y la protección antioxidante.
- Poderoso antidepresivo. Por ser rico en fenilalanina, triptófano, selenio, zinc, etc, sustancias que actúan en el sistema nervioso sin excitarlo; por lo que es muy útil en caso de depresión, de mal despertar, ansiedad, tensión nerviosa. Los componentes de la tintura son neuroprotectores.
- Ayuda a eliminar toxinas y es un protector hepático.
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