Desde hace años, correr está de moda, es indiscutible. Las calles y parques de cualquier ciudad están llenas de gente que corre haciendo todo tipo de series, cambios de ritmo, etc. Pero no todos estamos hechos para ser runners. Puede que seas una de esas personas a las que no les guste correr, o que simplemente no puedan hacerlo. Ahora, gracias al power walking, tú también podrás tomar las calles de tu ciudad para hacer deporte.
El power walking no solo es la alternativa perfecta para aquellos que no pueden o no quieren correr. Si ya eres una runner, puedes practicar esta modalidad en tus días de descanso activo; o también puede ser tu entrenamiento, si quieres iniciarte en el running pero necesitas coger forma y fondo. Caminar puede convertirse en tu entrenamiento, pero te advertimos de que no es tan fácil como parece.
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En qué consiste el 'power walking'
Aunque en un primer momento lo parezca, el power walking no es solamente caminar. Para realizar una buena sesión de power walking son muchos los factores que entran en juego, como la postura, el ritmo de la caminata, la respiración o los cambios de velocidad.
El paso ha de ser apresurado, aunque podría permitirte mantener una conversación. Es decir, debes caminar de forma enérgica y a buen ritmo. Lo ideal es conseguir una velocidad aproximada de 7 kilómetros por hora, lo que nos lleva a caminar, al menos, durante 45 minutos.
La importancia de una buena postura
Mantener una postura corporal correcta es muy importante para realizar cualquier deporte, y de manera especial en el running y el power walking. Las tres cosas básicas que tienes que tener en cuenta son: cabeza arriba, hombros atrás y abajo, y pecho arriba. Mantén la espalda recta y contrae los glúteos y el abdomen en todo momento. No te olvides de calentar antes de empezar, ni de estirar cuando termines.
Es importante que seamos conscientes de nuestra postura en todo momento. Mientras caminamos la podemos ir corrigiendo y, poco a poco, acabaremos consiguiendo que sea la correcta.
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Qué ventajas tiene
En primer lugar, es una actividad física que puede realizar todo el mundo y sin ningún coste económico. En el plano físico, una caminata de larga duración, activa y a un paso constante nos permite trabajar al 65/75% de nuestra frecuencia cardíaca y quemar grasa. En una sesión de power walking podemos llegar a quemar unas 400 calorías, además de tonificar los músculos de la zona central (abdomen y lumbares) y de la zona inferior (piernas y glúteos).
Podemos aumentar nuestra flexibilidad, fortalecer las articulaciones y aumentar la capacidad respiratoria. El power walking también ayuda a disminuir la tensión arterial, el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y a retrasar la aparición de la osteoporosis.
Por si fuera poco, mejora la respuesta inmunológica y el nivel de tolerancia a la glucosa; ayuda a reducir los niveles de colesterol y facilita las digestiones; y nos libera de la sensación de estrés, aumenta nuestra autoestima y mejora nuestro nivel de autoconfianza.
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