Así debes cuidar tus ojos en verano
El uso de gafas de sol y otros protectores oculares evitarán problemas característicos de la época estival
Para disfrutar de una vista sana y prevenir problemas, hay que cuidar los ojos todo el año. Sin embargo, en verano es importante aumentar esta protección. Y es que, la radiación solar intensa y mantenida, la vida al aire libre, el uso de bicicletas, motos u otros elementos de transporte, la realización de deportes en el mar y la montaña, los baños en el mar y en la piscina son actividades frecuentes en verano que representan cierto riesgo para nuestros ojos. Por tanto, necesitarán de una protección más cuidadosa para evitar accidentes o problemas que afecten a su integridad y su salud.
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Cómo prevenirlo
En verano, usar gafas de sol es la forma más habitual de proteger nuestros ojos de las radiaciones solares. Tenemos que recordar que la actual capa de ozono de la atmosfera ha disminuido su función protectora y que las actuales radiaciones solares, al igual que en la piel, tienen una acción nociva más intensa sobre nuestros ojos. Los rayos ultravioleta son nocivos para los ojos, sobre todo si miramos directamente al sol o nos exponemos de forma prolongada a su acción, sin la protección adecuada. De ahí, la importancia de la eficacia de los cristales de nuestras gafas para filtrar ese tipo de radiaciones.
De hecho, tal como os recordaba en el artículo sobre si nuestros hijos deben llevar gafas de sol, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta que, debido al deterioro de la capa de ozono de la atmósfera, han aumentado enfermedades oculares como la queratoconjuntivitis actínica, las degeneraciones retinianas, las úlceras corneales y, se ha detectado que las cataratas aparecen más y de forma más temprana.
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¿Qué protección debo llevar?
Existen determinadas situaciones durante el verano en las cuales la protección ocular, además de a la luz, debe estar orientada a traumatismos, irritaciones, lesiones o existencia de cuerpos extraños en los ojos. Así es cómo debemos proteger nuestros ojos:
Actividades al aire libre. El uso de protección ocular mediante gafas en actividades tales como desplazarse en bicicleta o en motocicleta o en cualquier otra actividad deportiva al aire libre como navegar o practicar otros deportes en el mar o la montaña, debe ser obligada. Los sombreros, y sobre todo, las gorras de visera larga, ejercen tambien una protección ocular de inestimable ayuda.
Actividades acuáticas. El agua de las piscinas pueden contener sustancias como cloro o cobre que pueden producir irritación y conjuntivitis. Igualmente, en el agua de mar puede haber productos derivados del petróleo, que pueden tambien afectar a las conjuntivas. En esos casos, es importante protegerse los ojos con gafas de nadador, especialmente diseñadas para poder nadar, bucear y realizar ejercicios en el agua.
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Cualidades de unas gafas de sol
La principal cualidad de unas gafas de sol es la calidad protectora de sus cristales. El diseño y otras características, aunque importantes, son secundarias.
En general, casi todos los modelos existentes en el mercado proporcionan una protección aceptable, pero no hay que olvidar que, en algunos casos, no solo no protegen adecuadamente, sino que su utilización puede ocasionar perjuicios para la salud de vuestros ojos. Por ello, unas buenas gafas de sol deben cumplir con estas características:
- Deben bloquear el paso de la luz, al menos en un 75% y evitar la luz reflejada.
- Los cristales deben poseer filtros para las radiaciones UVA y evitar su paso, al menos en un 95%.
- Deben cumplir el estándar europeo, teniendo especificado el grado de absorción de la luz (de 0 a 4) que da el índice de filtración solar.
- Todas las gafas de sol deben portar al menos la marca “CE” como estándar mínimo de calidad.
- Las gafas de cristales polarizados son eficaces para proteger de los efectos de la luz brillante.
- En el diseño es recomendable valorar la mayor protección lateral, la funcionalidad y la seguridad ante golpes o roturas.
- El color de los cristales es importante. Existen gafas de sol con cristales amarillos, violetas, azules, etc, que no ofrecen la protección adecuada. Los colores más protectores son: el gris, el marrón y el verde.