Todos y cada uno de nosotros somos un conjunto valores, virtudes y defectos que compartimos con los demás y, sin embargo, en ocasiones la percepción que tenemos de uno mismo no coincide con lo que otros ven. Para el ser humano la socialización es un proceso fundamental de desarrollo y, para que este sea positivo, conviene conocer lo que nos define y a lo que aspiramos. Una de las técnicas que permiten este conocimiento y crecimiento interior es, precisamente, la de desarrollar nuestra marca personal.
"La huella que dejas en los demás, lo que estos piensan cuando no estas presente y la sensación que les produces". Así define Paz Herrera, directora de Paz Herrera, estrategias de imagen y comunicación (www.pazherrera.com), el concepto de marca personal. Con ella hablamos de cómo trabajar esta técnica tiene su impacto en nuestra autoestima.
Cómo considerarte único te ayudará
La autoestima es un cúmulo de sentimientos, percepciones, comportamientos y maneras de pensar que afectan a nuestra forma de ser, de entender el mundo y entendernos a nosotros mismos. La marca personal tiene una gran relación con cómo nos sentimos y cómo ello se proyecta en los demás. "A la hora de mejorar la autoestima, la marca personal son esas cualidades que te hacen único y especial, lo que hace que los demás te quieran elegir, no únicamente a nivel profesional, sino, también en el ámbito personal”, explica la profesional. Trabajar nuestros puntos fuertes y destacarlos, al mismo tiempo que comprendemos y dominamos nuestras imperfecciones puede permitirnos por consecuencia mejorar nuestro bienestar general: "Nuestras fortalezas nos ayudan a conocernos y enfrentarnos a la realidad y esto puede tener un impacto muy positivo en nuestra autoestima".
Cómo trabajar tu marca personal
Ya sea para afrontar el día a día o, especialmente, para enriquecer el ámbito profesional, la experta recomienda "ser consciente de qué es aquello que puedo ofrecer que me haga único y especial". Así, es necesario analizar cómo nos vemos, cuáles son esos puntos fuertes y débiles para superar el miedo ante situaciones incómodas o el qué dirán. Como actividad, aconseja preguntar a tres personas de nuestro entorno, personal, profesional y social tres cualidades que nos definan. El reto puede suponer que nuestros pensamientos coincidan con los de los encuestados, o, por el contrario, no tengan nada en común.
"Si proyectamos en los 3 entornos cualidades diferentes puede estar bien, porque es posible que a nivel profesional nos debamos comportar de otra forma. Sin embargo, también puede ser porque no me esté expresando tal y como soy. En este caso, habría un conflicto de marca: quizás no me perciban cómo soy porque en realidad no me conozco a mí mismo y entonces los demás no ven así" explica Herrera.
Cada uno ha de encontrar esos tres valores que le distinguen de otros y proyectarlos en todos los campos posibles: al hablar, en la apariencia, en una web, en una tarjeta de visita y, especialmente, en el comportamiento tanto personal como en las redes sociales. La especialista lo compara con "un análisis DAFO individual" (que consiste en escribir tus debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades). En esta reflexión puede estar la clave para cambiar nuestra actitud, aumentar nuestra autoestima y armarnos de valor ante las dificultades que se nos presentan. A través del conocimiento de esas capacidades, podremos entender qué nos hace especiales y qué se nos da bien y mal. El camino hacia el bienestar empieza por conocerse a uno mismo.