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A pesar de lo que prometen las cremas contra las arrugas y otros productos en el mercado, nadie ha podido parar el tiempo ni el envejecimiento. Sin embargo, varios científicos, a través de diferentes estudios, han encontrado una forma en que podemos retrasar el envejecimiento que sucede dentro de las células en nuestro cuerpo, o sea, el envejecimiento biológico.
La clave esté en los telómeros
Según un estudio realizado en la Brigham Young University, cuanto más activos estemos físicamente, más jóvenes estaremos biológicamente, y sentiremos más jóvenes en relación a la edad cronológica que tenemos.
Según este estudio, el secreto se encuentra en los telómeros de las células. Las personas más activas físicamente tienen los telómeros celulares más largos que aquellas personas que llevan una vida sedentaria. Y ¿qué son lo telómeros? Son unas proteínas encargadas de proteger nuestro ADN, que se van acortando con el paso de los años. Cuando se acortan demasiado, impiden que se produzca la regeneración celular en nuestro organismo.
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¿Cuánto ejercicio es necesario?
En un estudio posterior, tras analizar a cerca de seis mil adultos durante treinta días, se dieron cuenta de que la longitud de los telómeros apenas variaba en las personas que habían realizado una actividad física moderada y las personas sedentarias.
El investigador principal concluyó que, para notar diferencias en el retraso del envejecimiento biológico, no bastaba con realizar un poco de actividad física, sino que era necesario ejercitarse de forma vigorosa con regularidad. Si se hace esto, pueden obtenerse de 7 a 9 años de ventaja biológica sobre las personas sedentarias. La actividad vigorosa a la que se refería el investigador era correr entre 30 y 40 minutos diarios, cinco veces a la semana.
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La alimentación también influye en el envejecimiento
Finalmente, un estudio realizado por unos investigadores de UC San Francisco y del Preventive Medicine Research Institute concluye que no solo es necesario el ejercicio, sino que también influyen el tipo de alimentación y los hábitos de vida. Realizaron su investigación en pacientes jóvenes con cáncer de próstata, y lo que probaron fue que una dieta saludable (rica en proteínas, frutas y vegetales) y cambios en los hábitos de vida que incluían ejercicio aeróbico moderado, combinado con yoga o meditación, veían como su envejecimiento se retrasaba y sus telómeros se alargaban.
Este estudio duró solo tres meses, por lo que los investigadores consideran que sería conveniente realizar nuevos estudios de mayor duración.
Más ejercicio y menos cremas
Son muchos los estudios que demuestran que las personas que son activas físicamente viven más tiempo y, además, tienen menos enfermedades crónicas. Por lo que casi se podría concluir que podríamos ahorrarnos comprar cremas carísimas y optar por aquellas que resultan más económicas y sirven para mantener nuestra piel hidratada, si te aseguras, eso sí, realizar ejercicio vigoroso durante 30 minutos, 5 días por semana. Con esto mantendrás tus células, y por lo tanto tu cuerpo, biológicamente más joven. Según los expertos, eso aumentará tu longevidad y hará que te veas más joven que tu edad cronológica.
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