A la mayoría de nuestros compañeros peludos no les gusta quedarse solos en casa. Pero no siempre disponemos de la libertad para quedarnos con ellos y prevenir su ansiedad. Si es el caso de tu animal de compañía, estos consejos de la veterinaria Susana Vicario, de Clinicanimal (clínica veterinaria de Tiendanimal), te pueden interesar. Hablamos con ella para que nos explique qué juguetes podemos utilizar para prevenir problemas de comportamiento en nuestros perros, gatos y otros animales de compañía.
Muerde que te muerde
Los perros, por instinto, utilizan la boca para relacionarse con el entorno y centralizan ahí su fuerza y control que se descarga mediante las mordidas. Por tanto, los juguetes para perros deben estar "especialmente diseñados para ser mordidos y aguantar largas y duras sesiones de choques contra los dientes. Lo mismo que los que permiten esconder golosinas. también deben poder morderse", señala.
La causa de la ansiedad en los gatos, así como sus manifiestaciones son más complejas. Para ellos, "necesitamos juguetes que le inviten a desarrollar su instinto de caza (como, por ejemplo, una caña con una pluma) así como mantenerlo entretenido (cambiándole los juguetes con cierta frecuencia para tener nuevos objetos que explorar)", indica.
En aves se recomienda la colocación de juguetes colgantes y otros accesorios a modo de enriquecimiento ambiental para prevenir problemas de salud asociados a la ansiedad.
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¿Juegas conmigo?
El comienzo de una relación de juego con una mascota comienza siempre a través de la confianza."Si la mascota desconfía de nosotros, no nos conoce o le resultamos una amenaza, no va a iniciar una actividad en la que ambas partes tienen que ser cómplices", advierte la especialista.
Una vez establecida esa fraternidad, podemos comenzar a incorporar pequeños juguetes adaptados a su tamaño y condición física. Podemos usar un peluche para mascotas hasta un frisbee de plástico rígido. También hay que recordar que, por insitnto, los perros juegan haciendo carreras, con el 'tira y afloja', el rastreo para localizar escondites y el zarandeo de objetos de un lado para otro.
En el caso de los gatos, ellos se motivan por la curiosidad, los sonidos y, en general, pequeñas cosas en movimiento (algo que emule para ellos el movimiento de un pájaro o de un ratón).
Por tanto, como propietarios, "nuestra misión es encontrar para cada mascota aquel juego que más le guste y que le resulte más cómodo, adaptando el juguete al animal y las circunstancias (por ejemplo, un chihuahua no puede jugar con una pelota de tenis porque no le cabe en la boca). Una vez descubierta esa actividad que más le gusta a nuestra mascota (generalmente por una experiencia prueba y error o porque la mascota te invite a jugar directamente a un juego concreto), podemos ir aumentando el nivel de dificultad, para hacer el juego cada vez más atractivo", suguere la veterinaria Por ejemplo, se puede lanzar el juguete cada vez más lejos.
Para evitar problemas y probar cómo se relaciona con el juguete, lo ideal es que empiece a utilizarlo bajo nuestra supervisión, evitando que lo rompa o se trague alguna pieza al morderlo. Asimismo, "debemos estar seguros de elegir un juguete adecuado para que lo utilice al quedarse solo. Además, es importante que aprendan a dejar de morder o soltarlo cuando se lo indiquemos, siempre enseñándole con palabras simples, tono de voz firme y reforzando un comportamiento positivo", recuerda.
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A cada perro, un juguete
Aunque pensemos que la mayoría de los perros disfrutan con los mismos juguetes, hay que tener en cuenta que cada uno de ellos tiene una condición particular dependiendo de sus preferencias y su tamaño. Por tanto, no todos los juguetes son apropiados. Es importante elegir un juguete en función tanto de las características del animal (peso, estatura, edad) como de su comportamiento, ya que lo que queremos conseguir con el uso de éstos es que tenga horas de entretenimiento.
Por otro lado, en el caso específico del manejo del estrés, existen productos diseñados exclusivamente para ser mordidos y los hay de todos los tamaños y formas. La elección, por tanto, dependerá de las características físicas del animal, su temperamentO y si le resulta atractivo o no.
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Los milagros no existen
Por otro lado, hay que recordar que las causas del estrés en los perros pueden venir motivadas por muchas razones: cambio de domicilio, presencia o convivencia con otro animal por el que ve amenazada su territorialidad, trauma por abandono/s o separación (que afecta, sobre todo, a cachorros), haber recibido malos tratos, encontrarse en espacios muy cerrados y/o con poca luz, no ser sacados a pasear lo suficiente, no saber socializar con otros perros… son los principales pero sólo algunos de los motivos por los que a un perro le puede venir bien utilizar un juguete antiestrés. En estos casos, lo ideal es combinarlo con una actitud de afecto especial y ejecutar ejercicios que ayuden a mejorar su comportamiento dependiendo de cuál sea su problema.
Si sólo utilizamos el juguete, una vez el perro no disponga de él volverá a tener ansiedad y nos volveremos a encontrar con el problema. El juguete funcionaría como un ‘ansiolítico’, pero para curar el problema (que siempre permanecerá aunque, de forma momentánea, se eluda la ansiedad provocada como consecuencia del mismo) hace falta ejecutar una combinación de acciones para saber cuál es el problema y solucionalo. Si se trata de un trauma deberemos dar con una terapia consistente y efectiva.
En loros, papagayos y especies similares, un problema muy común es el picaje (trastorno derivado del estrés en el que se arrancan sus propias plumas). En estos casos, los juguetes se utilizan a modo de prevención.
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Busca apoyo en un especialista
Efectivamente. La combinación de veterinario (que diagnostica y trata médicamente las consecuencias del problema) y el adiestrador / etólogo (que descubre las causas de esa ansiedad y nos indica unas pautas a seguir y poder evitar procedimientos erróneos que, de manera inconsciente, estemos empleando) son los profesionales adecuados a los que debemos acudir para solucionar estos problemas.
La labor de los adiestradores caninos está, por lo general, muy infravalorada y la mayoría de personas que cuidan a mascotas no conocen lo útil y, en muchos casos, lo necesario que es acudir a ellos. Hay muchos animales que son abandonados porque sus responsables no entienden y/o no aguantan ciertos rasgos de comportamiento. Evidentemente, absolutamente nada justifica un abandono, pero hay que poner en valor y que las personas con mascota sepan que este tipo de profesionales están para solucionar estos problemas que muchos piensan que no tienen solución.
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