Una de las ventajas del yoga, disciplina milenaria con origen en la India, es que permite combinar a la perfección la meditación con el entrenamiento de los músculos de nuestro cuerpo. Este ejercicio cuenta con la capacidad de ser adaptado a las necesidades de cada persona, con posturas que parten desde una posición inicial sencilla hasta movimientos que requieren de un nivel de experto. Este deporte se divide en varias modalidades, en las que las actividades a realizar son muy diferentes entre sí. El yoga Bhakti, el yoga Hatha, el yoga con mantras, el yoga Jnana o el yoga Karma serían algunos ejemplos.
Sin embargo, para una primera toma de contacto con esta variedad deportiva resulta imprescindible iniciarse desde el principio y no aspirar a posiciones de nivel avanzado con las que es posible hacerse daño si aún no se tiene la destreza suficiente. En Hola.com hemos querido recopilar tres posibilidades al alcance de cualquier principiante.
Sukhasana
Para empezar a trabajar la musculatura de la columna vertebral y la pelvis convendría practicar este primer movimiento, que sería el que daría comienzo a una rutina habitual. Realizándolo ganaremos flexibilidad en rodillas y tobillos, podremos relajarnos y fortaleceremos la espalda.
Pasos:
- Nos sentaremos sobre una esterilla en el suelo
- Procuraremos dejar caer el pelo sobre los isquiones (situados en la pelvis)
- Cruzaremos las piernas sin estar pendientes de la incomodidad
- Respiraremos lentamente
Postura del guerrero
Una de las más conocidas por el público general. Se incluye en numerosas clases de iniciación al yoga, sin embargo, hasta que no se domina esta disciplina, no suele realizarse correctamente. Si bien se divide en tres movimientos, hemos querido explicar el principal para activar las extremidades.
- Colocaremos los pies separados con un espacio de unos 6 cm entre ellos
- Situaremos los brazos en la cadera, a modo de jarra
- Abriremos las piernas al máximo, hasta rodillas y codos formen una línea vertical
- Haremos que el pie derecho apunte hacia el exterior y echaremos el peso del cuerpo hacia ese lado, al flexionar la pierna
- Abriremos los brazos hasta estirarlos (dedos incluidos) y miraremos hacia el frente
Postura del árbol
Aunque requiere práctica no perder la concentración cuando se trata de esta posición, poco a poco iremos mejorando nuestra estabilidad. Al mismo tiempo, trabajaremos los músculos de tobillos, pies, gemelos y glúteos. Dicho tren inferior simbolizaría las raíces de la planta, al mismo tiempo que los brazos indicarían la dirección hacia la que crece el árbol, serían la copa de este.
- Partiremos de la posición de montaña, en la cual hay que situarse en posición vertical con los pies separados s ala altura de las caderas, brazos rectos, sacando pecho con la mirada al frente
- Con el cuerpo relajado, distribuiremos nuestro peso sobre la planta de un pie y elevaremos la otra
- Ubicaremos el pie en la cara interna de la otra pierna, en el abductor, tras abrir ligeramente la pelvis
- Subiremos los brazos y juntaremos las palmas, sin tensar los hombros