El porqué de la guerra contra las bolsas de plástico
No son necesarias y causan un gran daño a todo ser vivo de nuestro planeta, te explicamos el motivo
La situación medioambiental de nuestro planeta es preocupante. Las personas, con el consumo que hacemos de los recursos y la alta contaminación que generamos, estamos poniéndolo en peligro. Uno de esos riesgos, y quizá el que más alarma a la sociedad, es el de la contaminación por residuos plásticos, y entre ellos, los de un solo uso. Las bolsas se encontrarían dentro de esta última categoría y se han convertido en uno de los grandes males de nuestros mares, por el gran número de ellas que son arrojadas a los océanos. Ello ha originado una guerra, no solo contra este tipo de bolsa, sino contra todos los artículos de PVC que no están pensados para un uso continuado. El origen del conflicto es su nocivo impacto sobre el medio ambiente y estos son los motivos:
Su composición
Cada una de ellas se obtiene mediante el petróleo, una fuente de energía no renovable, escasa y altamente contaminante -por su producción de gases efecto invernadero (responsables de poner en riesgo la biodiversidad mundial por su daño irreparable a la atmósfera). Cada ciudadano español consume 238 bolsas de plástico al año aproximadamente, según datos de Cicloplast (Sociedad sin ánimo de lucro comprometida con el medio ambiente en la promoción del reciclado de los plásticos al final de su vida útil).
¿Qué provocan y qué hacer con ellas?
La gran cantidad de bolsas de plástico que existe, producto de la cultura de compra rápida en la que vivimos, suelen seguir el patrón de usar y tirar. Aunque en la actualidad se refleja una mayor conciencia sobre su reutilización, su empleo es masivo y constante, a pesar de que muchos establecimientos han decidido ponerles un precio. El reciclaje de estas bolsas supone todo un reto puesto que cuesta 100 veces más reintegrarlas en el proceso de producción que fabricar unas nuevas, tal y como explican desde Ecologistas en Acción. Para sustituirlas se han creado otros formatos de saco a partir de diferentes materiales: tela, papel, materiales biodegradables a base de alimentos (como la fécula de patata) etc.
Lo más común cuando llegan a la planta de residuos es que sean incineradas, un procedimiento que también es tóxico por los gases perjudiciales que genera. Muchas de las que no se tiran a la basura terminan flotando en el mar causando daños irreversibles en el agua y las especies que habitan en ella. Las aves, las ballenas, las tortugas y otros cetáceos son algunos de los animales que pueden acabar ingiriendo las bolsas y otros derivados plásticos al confundirlas con ciertos peces o moluscos. Se trata de un problema de vital importancia puesto que se esta experimentando un crecimiento de estos desperdicios en los oceános: actualmente existe una isla flotante de plásticos en el Pacífico. Cada uno de estos residuos tardará entre 150 y 1000 años en descomponerse, no sin antes poner en riesgo la vida marina que tengan cerca.
Soluciones
Desde Ecologistas en Acción proponen a las administraciones públicas, a los comercios y a los consumidores que cambien su perspectiva y hagan un esfuerzo por utilizar otro tipo de recipientes en supermercados y establecimientos que aun hoy mantienen el plástico desechable. Para ello, plantean que desde los entes públicos se regule el uso de estos objetos y se conciba un nuevo impuesto ecológico con carácter disuasorio.