Cómo puede ayudarte el método Pilates durante el embarazo

Siempre que tu embarazo transcurra con normalidad, es importante realizar algún tipo de actividad física, y el pilates es una de las más recomendadas.

Por Cristina Soria

A no ser que el médico nos diga lo contrario, estar embarazada no significa quedarnos en casa movernos. Durante los meses de gestación realizar ejercicio tiene mucha importancia por diversos motivos: nos ayuda a evitar un aumento de peso excesivo; mejora el funcionamiento del corazón y la circulación sanguínea; te ayuda a reducir el estrés y puede facilitar, en general, todo el proceso del embarazo.

El pilates es una actividad física cuyos beneficios continúan una vez terminada la sesión: nos ayuda a movernos más y mejor, realizando menos esfuerzo; nos permite desplazarnos con mayor seguridad física por el espacio; y nos hace tomar conciencia de nuestro cuerpo, de cómo es su funcionamiento y de cómo responde ante el movimiento. Durante el embarazo, estos beneficios no disminuyen.

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¿En qué momento del embarazo puedo empezar a practicar pilates?

La última respuesta la tiene siempre nuestro ginecólogo. Es la persona que podrá indicarnos cuándo podemos empezar a practicar deporte y cuál resulta más adecuado para tu embarazo, eliminando cualquier riesgo posible. Una vez que te diga que todo está correcto puedes acudir a un profesional especializado en entrenamiento de pilates con embarazadas.

El primer trimestre de embarazo es el que presenta más riesgos para el futuro bebé, por lo que se recomienda realizar una actividad física moderada: caminar a buen paso es una excelente opción para estos meses. Si tu ginecólogo te da el ok y puedes hacer ejercicio sin problema, el segundo trimestre es el momento adecuado para empezar tus sesiones de pilates.

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Mejora la postura y previene dolores

Son numerosos y pueden ayudarnos en distintos momentos del embarazo. Por ejemplo, resulta de mucha ayuda mejorar la postura y la alineación corporal para evitar los dolores de espalda que se producen cuando crece la barriga. De hecho, el dolor en la zona lumbar es uno de los más comunes en las embarazadas. Está provocado por el cambio del punto de gravedad de nuestro cuerpo: al crecer la barriga, tendemos a inclinarnos hacia atrás para equilibrarnos, y perdemos la alineación ideal del cuerpo. Si nuestra musculatura abdominal y lumbar no se encuentra en forma, lo normal es que sintamos dolor. Realizar pilates puede ayudarnos a evitar o reducir ese dolor.

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Trabaja la respiración y el suelo pélvico

Por otro lado, el trabajo de la respiración y del suelo pélvico pueden ser muy útiles en el momento del parto y en la recuperación posterior. En las sesiones de pilates la respiración juega un papel fundamental: se trabajan tanto la duración de las distintas fases de la respiración, como la redirección del aire hacia distintas zonas de nuestro cuerpo para realizar distintos tipos de respiraciones (clavicular, diafragmática o intercostal). Este trabajo nos ayudará a controlar la respiración en el momento del parto.

Además, también trabajamos la musculatura del suelo pélvico, que juega un papel muy importante durante la fase expulsiva del parto. Pero, sobre todo, un suelo pélvico fortalecido nos será muy útil para recuperarnos del parto antes y mejor.

Moviliza la columna y las articulaciones

Como hemos dicho antes, a menos que el médico nos indique lo contrario, tenemos que movernos y realizar alguna actividad física. Los movimientos que se realizan en pilates son perfectos para las embarazadas porque ayudan a que tengan una gestación saludable en la que puedan mantener la movilidad de su cuerpo durante los nueve meses que dura este. Cuando el embarazo concluya, piensa que el pilates también te será de gran ayuda durante la recuperación.

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