¿Cuál es el riesgo de seguir una dieta vegetariana durante el embarazo?
Las mujeres que han adoptado este régimen corren el peligro de presentar deficiencias de ciertos nutrientes, especialmente de la vitamina B12
Cada vez es mayor el número de personas que refuerzan su compromiso con el medioambiente y optan por un estilo de vida basado en una dieta vegetariana o, en su versión más estricta, vegana, que excluye cualquier alimento de origen animal. Ya sea por motivos éticos o simplemente de salud, son muchas las mujeres que han adoptado este régimen, al que no renuncian ni siquiera durante los nueve meses de embarazo. Sin embargo, y pese a que cada vez conocemos más información acerca de esta tendencia, el debate sobre si una dieta de estas características puede provocar un déficit nutricional y, por consiguiente, daños al feto continúa. Ante la duda de si es saludable una dieta vegetariana o vegana en el embarazo, la respuesta de la Fundación Española de la Nutrición es no, principalmente por un motivo: la ausencia de vitamina B12, un elemento esencial para el buen funcionamiento del organismo y lograr una gestación saludable.
Pese a que muchas voces aseguran que una dieta sin alimentos de origen animal bien pautada es completa, saludable y suficiente, las mujeres en esta condición pueden estar en riesgo de presentar deficiencias de ciertos nutrientes, en especial de hierro y vitamina B12, cuya ausencia puede multiplicar el riesgo de defectos en el tubo neural del bebé, especialmente durante los primeros meses de gestación, y malformaciones congénitas. "En caso de gestantes vegetarianas o veganas, será necesaria la suplementación principalmente con vitamina B12, ya que su dieta es carente de alimentos fuentes de esta vitamina, como carnes, pescados y mariscos, huevos, leche y derivados lácteos", aseguran desde la Fundación Española de la Nutrición, que advierte que "su déficit puede producir anemia megaloblástica y provocar daño neurológico al feto". Además, las embarazadas requieren el doble de hierro que el resto de mujeres, un mineral también muy presente en alimentos que no forman parte de un régimen vegetariano, como carnes, aves, pescados y mariscos.
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Según la Fundación, que también desaconseja el estilo de vida vegano en los niños, la dieta de una embarazada debe ser, al igual que en la población en general, variada, moderada y equilibrada con el objetivo de cubrir sus necesidades y asegurar el aporte de nutrientes que garanticen el correcto crecimiento y mantenimiento funcional del feto y placenta, para preparar al organismo materno para afrontar un parto y para la producción láctea y, por último, para conseguir una ganancia de peso adecuada para el normal desarrollo del embarazo.
"Uno de los requisitos de la dieta en el embarazo es la variedad. Esto quiere decir que su alimentación debe incluir alimentos de los diferentes grupos", prosigue. Una opinión con la que coincide la experta en nutrición y colaboradora de ¡HOLA! En Forma, Marta Lorenzo. "¡Realmente, este tipo de dieta podría considerarse muy recomendada en enfermedades como, por ejemplo, la hipercolesterolemia. Sin embargo, en aquellos casos en los que las necesidades nutricionales aumentan como, por ejemplo, la niñez o el embarazo, no lo es; ya que puede acarrearnos algún déficit nutricional".